viernes, 31 de julio de 2009

ELEFANTE ciego y sordo en cristalería

Que misterioso don posee el primer magistrado nacional que sin lugar a dudas y sin vacilación, es capaz de convertir las cosas más sencillas en las más enrevesadas y complicadas alejando irremediablemente su posible solución. O quizás sea algo como un mecanismo de defensa por algún trauma sufrido en la infancia o tal vez en la academia mientras era raso. Lo cierto es que el que se ha definido anti-imperialista siente una especial predilección por las reacciones de apabullamiento y aplastamiento del contrario por la fuerza más características y propias de los imperios en la historia universal que de un defensor de los oprimidos. Recientemente, mostró esa faceta en el caso Honduras montando un cerco según él infalible, les hemos dado afuera con todo, mientras se regodeaba con el menor de los Castro. La incongruencia es tan mayúscula que han llegado a pedir a su enemigo el imperio que tome medidas como las que ellos han propuesto con tal de doblegar al grupo en Honduras que expulsó a su pupilo. Es decir criticaron al imperio por actuar débilmente ante la soberanía y libre determinación de otro pueblo, mientras ellos los “demócratas y humanistas” le estaban dando con toda su artillería. Los que se ufanaban de amar al pueblo, de respetar los derechos humanos y fomentar el progreso de los oprimidos ahora se ponían una coraza de piel de dragón para suspender préstamos, créditos, suministros preferenciales de petróleo, intercambios comerciales, etc. con tal de aplastar la voluntad y dignidad de un pueblo; sin importar las necesidades ni carencias a las que iban a someter a una población inerme. Se ha llegado incluso a afirmar que de efectuarse unas elecciones no organizadas por el mandatario hondureño depuesto, éstas no serían reconocidas; es decir lo que se jactaron de convocar el poder constituyente del soberano, ahora se erigían por encima de él afirmando que esa voluntad soberana de un pueblo, de los habitantes de ese pueblo expresada en unas elecciones libres y transparentes no sería respetada. Vaya ejemplo de congruencia entre la prédica y el accionar. Lo más asombroso e inesperado es que mientras se le otorgaba el beneficio de la duda, ya que como ser humano tiene derecho a equivocarse, volvió a incurrir en un error diplomático inclusive peor al anterior. Ante una situación sencilla, alarmantemente simple se pierde la compostura y raciocinio, reaccionando nuevamente con prepotencia y soberbia imperial. Que podrá estar pasando tras bambalinas o de que magnitud es el trauma anti-oligárquico que salta ante el más diminuto señalamiento? Tan fácil que hubiera sido revisar que guarnición, cuartel, batallón o agrupación militar tenía bajo su custodia los equipos suecos y presentarlos a la opinión pública mundial, con su respectiva factura y número serial, dejando a los colombianos como unos habladores de pendejadas y sin perjudicar empleos, actividad comercial ni crear falsas y angustiantes expectativas entre las empresas de ambas naciones. Que misterioso mecanismo se activa en la psiquis del mandatario venezolano y lo obliga a reaccionar cual rey de la selva que a la cañona y con sus riquezas quiere doblegar al que se atraviese. Será que algún oligarca le bailó la novia más apretado de lo que las normas de etiqueta recomiendan o peor aún algún ricachón le arrebató su primer amor a fuerza de chequera mata galán o sería algún maltrato en la academia como limpiar las botas de su brigadier, limpiar los baños o llevarle la gorra y el maletín a algún jerarca cuartarrepublicano. Solo el Creador conoce su secreto, pero lo cierto es que ante la denuncia colombiana solo hay 3 hipótesis posibles: Se trata de una acusación infundada bien por manipulación a propósito bien por desconocimiento (beneficio de la duda hacia Colombia), hubo en algún momento una sustracción o pérdida de esos equipos militares o hay una relación de colaboración con la FARC bien con aprobación del gobierno bien sin conocimiento del gobierno. En cualquiera de los casos la respuesta airada, desenfocada y desproporcionada de la diplomacia venezolana no apunta a las posibles raíces del problema y sus posibles soluciones. Si tenemos certeza de que los equipos están en manos del glorioso ejercito bolivariano, lo prudente era presentarlos a la opinión mundial y exigir la validación de su autenticidad por una comisión del fabricante. Esto aplica igualmente para los neogranadinos, deben presentar los equipos presuntamente incautados a la FARC para que una comisión del fabricante los certifique y se compruebe o niegue la tesis del troquelito o plaquita de identificación de seriales. En el caso de que los equipos no estén manos del glorioso ejército bolivariano solamente hay dos caminos posibles o se reconoce la complicidad con la FARC lo cual sería de extrema gravedad a nivel nacional e internacional o habrá que admitir con gran vergüenza y bochorno que el glorioso ejército bolivariano desafiador y provocador de imperios se dejó infiltrar por secuaces de la FARC o se dejó quitar esos equipos, con el agravante de que no hay registro de la denuncia respectiva cuando ocurrió el hecho. Nuestros comunicados escurren el bulto del problema y se van por la tangente con atenuantes tipo porque no acusan a fulano y mengano cuyas armas de alguna manera han llegado presuntamente también a la FARC. Los fabricantes de armas se cubren las espaldas con el certificado de uso final y solo pudieran ser implicados si se presenta un documento de este tipo destinado a la guerrilla colombiana. Por otra parte, no se puede excusar la presunta responsabilidad venezolana en que haya armas de otros países en poder de los insurgentes neogranadinos; se está presentando una presunta prueba contra Venezuela y lo correspondiente es la explicación clara y pertinente del hecho para desmontar de raíz y en forma categórica la maniobra si es que la hubo. Las medidas de presión económica, comercial y diplomática no le lucen a un estado que se promociona contrario a esas prácticas imperialistas, que a través de la fuerza y la necesidad de los pueblos más débiles, doblegan sus planteamientos y aspiraciones. La cara y gestualidad de los ministros al momento de anunciar la decisión era una oda al desacuerdo con la medida, no me oda la revolución con esas denuncias parecía decir el presidente, mientras sus colaboradores lucían cariacontecidos, preocupados y afectados por la decisión y sus efectos sobre la situación actual del país. No hay que olvidar que tanto los vecinos como nosotros estamos en momentos preelectorales de importancia, aquí está en juego la aplanadora chavista en la AN y el futuro de los cambios para-legales efectuados por ella y allá está sobre el tapete una nueva reelección del mandatario colombiano así como el efecto que la presión comercial y económica puede tener en los grupos afectos al polo democrático o simpatizantes del chavismo en Colombia. Amenazas tan fuertes crean la imagen de dominio y sumisión del vecino pudiendo asustar a los simpatizantes del chavismo allá, quienes pudieran percibir que un gobierno afecto al nuestro perdería su autonomía e independencia de criterios ante situaciones conflictivas con Venezuela. Otro argumento a sopesar es como se percibe el logro en seguridad allá y el deterioro del mismo parámetro en nuestra tierra en los últimos años, en relación a las posiciones ideológicas en el poder. Finalmente, tratándose la denuncia de unos AT4 que han sido señalados en forma reiterativa por nuestras autoridades como de uso potencial para intentos de magnicidio a nivel interno y en el exterior, se debería prestar la mayor colaboración y diligencia para esclarecer los hechos, ya que esas armas en poder de un grupo insurgente duramente golpeado allá por las autoridades colombianas y que recientemente han expresado sentirse traicionados por la revolución bolivariana y sus satélites, no deja de ser alarmante y preocupante para cualquiera de los gobiernos mencionados. La gravedad del hecho obliga a que nuestro primer mandatario tome las riendas de la situación y salga de esa estrategia de mantenerse tras bastidores, en segundo plano y a la expectativa, para asumir su liderazgo y las funciones que los venezolanos han delegado en él, en lugar de delegar en sus ministros los delicados temas nacionales como libertad de expresión, hegemonía comunicacional, educación, salud, inseguridad, convención colectiva petrolera, expropiaciones empresas conexas, desempleo y su política exterior respecto al conflicto en Honduras. Fue elegido para solucionar esos problemas no para dejarse enredar y “bypasear” por sus colaboradores, no es momento de por ahora, es momento de asumir sus funciones y demostrar de que está hecho. En argot beisbolístico no se quede con la carabina al hombro. Plátano maduro no vuelve a verde…se pone piche al pasar el tiempo.

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