miércoles, 8 de julio de 2009

AMOR AL PUEBLO O AL PODER?

Entre las cualidades que infaltablemente debe poseer un jefe de estado están la sinceridad y el amor a su pueblo. El presidente elegido en Honduras expresó en la reunión de Managua ante los países de la región que él creía profundamente en Dios y perdonaba a quienes lo habían depuesto; a lo que replicó su colega del Ecuador que para perdonar se requería un arrepentimiento sincero de los agresores. De hecho agregó algo como que respetaba y aplaudía su inclinación religiosa pero que solo se podía perdonar a quien estaba realmente arrepentido. El destino ha puesto al mandatario Zelaya en la encrucijada de demostrar la veracidad de sus palabras y hasta ahora no ha sido congruente su proceder con la predica de esa reunión. Todos los que profesamos la Fe cristiana debemos profundo respeto y obediencia a los mandamientos del Señor que entre muchas otras cosas consagran el respeto a la vida, el amor al prójimo, la honestidad y sinceridad. El mandatario Zelaya cuya legitimidad de origen nadie desconoce, decidió al final de su gobierno proponer reformas a través de la participación popular que según sus detractores gratuitos, como él los llama, son contrarias al ordenamiento jurídico vigente en ese país. En base a esta supuesta violación a su constitución fue destituído por el congreso basado en consultas con las autoridades judiciales hondureñas. En su defensa, el expulsado mandatario esgrime que la participación no puede ser delito y se empeña en ser retornado al poder para terminar su mandato. Los que vemos los toros desde el burladero o desde la barrera, podemos interpretar que aunque algo luzca injusto no quiere decir que no sea ley y habría que respetar el procedimiento establecido para modificar una ley en ese país, caso contrario es la anarquía. Así vemos como en Irán y otras poblaciones islámicas las mujeres tienen patrones de conductas consideradas arcaicas, propias de la barbarie y hasta trogloditas, pero no pueden ser modificados con solo consultar a las mujeres que les parecería mejor. Adicionalmente, parece poco responsable que una autoridad al final de su gestión y sin derecho a reelegirse, comprometa a sus sucesores con una consulta de ese tipo bajo el argumento de que no era vinculante. Más democrático hubiera sido dejar a los candidatos para el próximo gobierno decidir si estaban de acuerdo con la consulta y determinar la mejor forma de implementarla cumpliendo las leyes vigentes. Tomando al Rey Salomón para definir si la conducta observada es consistente con la predica cristiana y el amor a su pueblo, no puede menos que decirse que el intento de aterrizaje llamando a sus partidarios a tomar el aeropuerto a la fuerza, provocó un derramamiento de sangre inocente totalmente innecesario que pone al descubierto muy poco respeto por la vida de sus semejantes y por ende, evidente contradicción con los principios cristianos. Importó más el provecho individual y político que la integridad de sus seguidores o será que entre las similitudes con 2002 se estaba buscando sangre para potenciar el disturbio o estallido general. Los canales oficiales llegaron a hablar de 5 muertos confirmados y presuntamente son solo dos. Que intereses guiarían a Zelaya que dejó pasar esa oportunidad de mandar a su pueblo a sus casas a resguardarse mientras el se ponía a derecho. Que distinto Sr. Zelaya si usted hubiera tenido el valor de lanzarse en paracaídas antes que provocar el enfrentamiento mortal o que a través del dialogo acordara entregarse para defenderse de las acusaciones en su contra y una vez en situación legal retomar su lucha o propuesta. Pero prefirió aliarse con el guapetón del barrio y ya vemos lo que ha sucedido. A fin de cuentas uno de los requisitos de la ciudadanía de cualquier país del mundo es el acatamiento del sistema jurídico imperante. Ya nos han engatusado con el poder constituyente y bajo el argumento falaz de una poblada en la calle para amenazar la sociedad y doblegar el orden legal imperante. Ya caímos una vez, pero la experiencia enseña y después de casi once años la cacareada voluntad constituyente no ha servido mas que para sustituir a unos ineficientes por otros peores, que escudados en la brecha social y condenando en forma hipócrita la riqueza se han enriquecido sin solucionar los problemas. Quien puede asegurar que la constituyente refleja la voluntad popular cuando la integran una pila de borregos que obedecen la voluntad única de su líder sin derecho a disentir. Una constituyente para ser efectiva debe ser plural y representativa de todos los intereses de la sociedad, solo así el calor de la discusión de las ideas servirá de crisol a nuevas formas de pensamiento más equitativas e inclusivas. Hasta ahora solo se ha buscado hacer actos de caridad mal intencionados, ya que en función de la ayuda otorgada se exige la incondicionalidad a una ideología que divide a los pueblos latinoamericanos. Que diferentes serían las vidas de los pueblos si todos esos esfuerzos que se hacen para devolver al poder a un mandatario depuesto se hicieran para lograr acuerdos que fomentaran la prosperidad, desarrollo y bienestar de sus ciudadanos. Mientras tanto en la otra acera, un alcalde se declara en huelga de hambre para exigir el respeto a sus competencias y apoyar la reivindicación de los trabajadores de su institución que han quedado desamparados ante el desmantelamiento de la alcaldía. En una muestra de dignidad, solidaridad, responsabilidad y sed de justicia una autoridad es capaz de poner en juego su integridad, su salud, su familia y su vida en función del bien común. Sin embargo, la respuesta de sus propios trabajadores ha sido débil, no porque solo una decena se haya incorporado a la huelga con él, sino porque los 22000 trabajadores por los que se estaba peleando han debido acompañarlo día a día en su lucha dándole valor y mostrando con su presencia la razón de su sacrificio. Si el miedo a la segregación social que ejerce el chavismo con sus discriminaciones y agresiones en la calle provoca esta conducta, si la amenaza velada de salir a la calle al cerrar medios de comunicación como forma de inhibir la protesta es la estrategia de un gobierno que se dice participativo estamos en presencia de la descomposición de la democracia, es decir someter a la gente por miedo ante la incapacidad de satisfacer sus necesidades mediante políticas, programas, inversiones y obras. La perdida de valores y principios ha llegado a las esferas del ejecutivo, los principios se aplican por igual, sin discriminación. Son la brújula o azimut, el norte siempre será el norte independientemente de quien la use o a donde señale, igual con el resto de los puntos cardinales. Así como un padre no diferencia entre sus hijos al momento de ofrecerles comida, un líder no puede diferenciar entre sus partidarios y sus detractores al momento de satisfacer sus necesidades. Debe actuar para todos. Al momento de amar, de aplicar justicia o recibir sus inquietudes y aspiraciones debe actuar con la integridad, objetividad y verticalidad más pura e indeformable que sea capaz de reunir en su carácter. No se puede adelantar transformaciones sin el concurso de toda la sociedad o de una mayoría contundente, de allí los problemas, obstáculos y resistencias que enfrenta el socialismo del siglo 21. En Venezuela comenzó con una constituyente tratando de recrear la participación e inclusión y ha degenerado en un traje talla única que solo satisface a unos pocos o a uno solo y que a cada rato se le hacen ajustes para que se le vea mejor. El marco regulatorio de una sociedad debe ser amplio, flexible e inmutable en periodos de tiempo de 30-60 años. Lo que se pretende implementar aquí modificando la constitución a cada rato y momento, no tendrá final feliz porque cada modificación para adaptarlo a un capricho sería como tocar las fundaciones de un edificio o casa cada año para añadir un baño, un cuarto o un closet. Poco a poco se pierde la resistencia, la estabilidad y sobreviene el derrumbe.
En todas estas aventuras allende nuestras fronteras se repite sospechosamente la amenaza del mandatario nacional del peligro de guerra si tocan nuestra embajada. Será que queda algo comprometedor o incriminante en ellas? Si la memoria no me falla ha pasado con los disturbios en Bolivia, Ecuador y ahora en Honduras. Causa suspicacia porque ningún otro país exhibe esas conductas altisonantes y son tan soberanos como el que más. Esperemos que el Presidente Oscar Arias pueda articular un acuerdo pacifico satisfactorio para amabas parte en conflicto y percibido como justo por todos los latinoamericanos incluyendo los hondureños.

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