domingo, 23 de enero de 2011

DE LA ÉTICA DEL DISCURSO

Históricamente la humanidad ha asociado la ética a la busca del bien superior, del bien común para la mayoría, a la conciencia interna que vincula el deber con la conducta y por supuesto, a la objetividad como esfuerzo humano, que intenta despojar de subjetividad todo raciocinio y comportamiento humano. Los cristianos la han vinculado a la sabiduría o luz celestial que nos permite distinguir el bien del mal, la brújula que invariablemente nos orienta hacia el bien supremo ante las variadas situaciones que se enfrentan en el transcurrir de la vida humana. Aplicar ese marco referencial a la política venezolana y sus actores obligatoriamente conduce a comprender los errores y aciertos de cada uno, lo cual debería conducir a la reflexión de asumirlos, disculparse y corregir el rumbo hacia el reencuentro de los venezolanos en un camino común, distinto a los hasta ahora transitados, donde podamos caminar y convivir todos. Los errores de la cuarta pasan por los desaparecidos en sociedad con la guerrilla de esa época, hasta las malas decisiones que dieron origen a la corrupción y la inflación, mientras que los errores de la revolución pasan por la convivencia y/o potenciación de los males de la cuarta, léase corrupción e inflación, hasta el sectarismo exacerbado que les impide siquiera analizar otro punto de vista distinto al del gran caudillo. Sin esa chispa de genialidad que permita comprendernos como seres desbalanceados (análogos a los rines de los cauchos de los vehículos), que necesitan una contraparte para equilibrarse, nunca encontraremos el camino hacia el progreso sostenido y sustentable. La aseveración anterior aplica para ambos bandos, pero sobre todo para los revolucionarios comunistas que no solo detentan el poder, sino que se han mostrado intransigentemente intolerantes. Tal cual los refranes no hay peor ciego que el que no quiere ver y Dios no le da cacho a burro, ninguno de los bandos es capaz de identificar sus fortalezas y sus debilidades y ver la complementariedad que representa su adversario a las mismas, cual si fueran el Ying y Yang de la política. Es pertinente aclarar que ninguno de los dos bandos monopoliza exclusivamente lo bueno o correcto ni lo malo o incorrecto, existen sus matices y de allí el beneficio evidente de complementarse. Sí los comunistas revolucionarios se autoevaluaran, comprenderían que han dilapidado un manantial de dinero en su incapacidad de crear riqueza; por su parte, sí los capitalistas vieran con ojo crítico su accionar, se darían cuenta que se han venido olvidando del prójimo embobados en el bienestar y el placer que les ha proporcionado su creación de riqueza. En pocas palabras, unos incapaces de crear riqueza tal vez por su dogma negador de la rentabilidad y el capitalismo y los otros insensibles a la miseria humana que se iba formando a su alrededor. Hay que ser bien “taparita” para no darse cuenta de los maravillosos resultados que pudieran obtenerse, con solo la disposición de escucharse los unos a los otros y asumir el compromiso de entender los distintos puntos de vista.
Regresando al enigma de la ética discursiva, luego de poner en contexto el accionar de ambos bandos, se puede iniciar el análisis de los elementos descollantes y repetitivos en el discurso del comunismo del siglo 21 (basta de eufemismos, es de hombres llamar las cosas por su nombre). El señalamiento de que la riqueza es mala y la satanización de los ricachones por poseerla tantas veces esgrimido por el líder comunista de la revolución, se aparta de la ética discursiva al dejar de lado la proporción de los recursos provenientes de la riqueza creada por los ricachones, que a través del IVA y el ISLR sirve para sufragar parte de los programas sociales o misiones. La verdad inocultable, que a su vez es uno de los pilares sobre los que descansa la ética, señala que para satisfacer las necesidades de los seres humanos se necesita riqueza, sin ella es imposible implementar ningún programa social o ayuda a las clases excluídas. Otro aspecto vinculado a la ética discursiva es el vaivén retórico a nivel presidencial cual veleta al viento, en cuanto a la reubicación de los pobladores de los cerros, porque si bien es cierto que él no los creó, no puede dejarse de lado que muchas de sus políticas han estimulado la habitabilidad del cerro. Baste recordar el programa barrio tricolor, rancho por vivienda o su afirmación de que a él le gustaría vivir o sería feliz en un rancho, o incluso su propuesta a mediados del año pasado de perforar en los cerros hasta la roca madre para construir “viviendas dignas” en ellos, incluso de varios pisos, para ahora percatarse de que los cerros se están desmoronando. Gracias Espíritu Santo que le iluminaste la mollera y ahora apunta en otra dirección, no optima, pero al menos mejor que aquella. Oremos porque no ocurra lo de siempre, es decir, que tratando se solventar un problema se crea otro peor, dada la premura que el momento político impone a los que se aferran al poder a como de lugar. La diatriba generada por la forma como se otorga la Ley Habilitante, viene como anillo al dedo para el debate ético moral del acontecer político nacional, ya que nadie en su lucidez y sano juicio, puede negar el irrespeto a la voluntad popular que allí se produjo, cuando la AN moribunda “bypassea” a la recién electa hipotecando sus funciones por 18 meses. Que el presidente decida acortarla reduce la inmoralidad, pero en ningún momento evita su ilegitimación, al desconocer la autonomía y soberanía de la nueva Asamblea para decidir sobre una ley que compromete sus potestades. Nada más que por el tiempo que ha pasado desde que se aprobó la mencionada ley y las pocas medidas que se han implementado, es razón para pensar que tan eficiente y efectiva puede ser dicha medida, considerando que la nueva asamblea dispone de 165 seres humanos electos específicamente para el fin de legislar; los cuales, trabajando en sesiones extraordinarias, arrojarían un mejor resultado y en menos tiempo. Solamente considerar el numero de personas dedicadas exclusivamente a la emergencia de los damnificados por el ejecutivo, en comparación con los 165 diputados, cuya experticia en diferentes campos del acontecer nacional se desprecia y desperdicia, pone de relieve lo acomodaticia, servil y bribona que fue la decisión inmoral tomada por la anterior asamblea. ¿Por qué la AN moribunda terminó con sesiones extraordinarias no vinculadas a los damnificados y la nueva AN arranca a media máquina con sesiones ordinarias de duración y frecuencia reducida? ¿Por qué despreciar y desperdiciar un foro donde las dos visiones de país pueden complementarse unos a otros, generando en muy corto tiempo legislación pertinente a la emergencia? La respuesta que a esas preguntas haga el ciudadano común tocan la médula del contenido ético de la aprobación de la habilitante:¿se necesitaba o no? Sí se necesitaba, ¿Cuál era la urgencia que no se esperó la instalación de la nueva AN, vista la lentitud con que se toman las medidas? ¿Por qué no hay coherencia entre la apresurada aprobación de la habilitante, las sesiones extraordinarias en Diciembre y el arranque a paso de tortuga en Enero de la nueva AN? Otro punto de ética dudosa es el eufemismo de unificación cambiaria para disfrazar la devaluación, ya que al desaparecer el tipo de cambio a 2.60 Bsf/$, la tasa promedio ponderada de cambio de la nación obligatoriamente se desplaza hacia arriba y eso es la definición clásica de una devaluación. ¿Qué se persigue cambiándole el nombre a las cosas? ¿Es ético intentar manipular o engañar con ese tipo de artilugios lingüísticos? Un simple cálculo aritmético lo demuestra: suponga que el 53% de las transacciones se realizaban a 2.60 Bsf/$, el 30% a 4.30 Bsf/$, el 12% a 5.30Bsf/$ (sitme) y el 5% restante a libre 7.5 Bsf/$. Eso da un ponderado de 3.679 Bsf/$. Al pasar las transacciones de 2.60 a 4.30 y permaneciendo lo demás igual, esa tasa ponderada se recalcularía así: 83% a 4.30, 12% a 5.30 (sitme) y 5% a libre 7.50 Bsf/$ para un resultado de 4.58 Bsf/$, o lo que es lo mismo una devaluación en el orden del 25% de la tasa promedio ponderada. Cumplo con aclarar que las proporciones y los valores son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, ya que solo se persigue el fin didáctico que ilustre la manipulación del lenguaje al llamar la medida unificación cambiaria. Ejemplos de ese mismo tipo también adornan las discusiones de la nueva AN, veamos algunos: El caso de la donación hecha por Pdvsa a Primero Justicia y recibida por el diputado Julio Borges, no se puede ver como un delito sin mostrar evidencia de que el dinero fue mal empleado (uso distinto al que lo motivó), o que se violaron los estatutos de la petrolera para entregar donaciones o se infringió alguna ley con eso. El solo hecho de que hayan pasado 12 años sin acción legal que haya procedido habla por si solo. Ahora, si lo que se quería argumentar era que Pdvsa daba regalos a partidos políticos o fuerzas afines, el punto es válido; pero, ¿con que ética se habla sin mostrar de donde salen los pagos para los desfiles de autobuses, de todas clases y tamaños, que trasladan a los simpatizantes del PSUV a sus actos y concentraciones? O ¿De donde salen los reales con que se adquirieron las sedes del PSUV en las distintas regiones del país, en tan corto tiempo? O ¿quién paga los recintos cerrados donde se efectúan actos de ese partido? Obviamente, no es buena política ver la paja en el ojo ajeno sin revisar la viga en el propio. Sobre ese mismo tema, otro diputado puntualizó que las donaciones permitieron consolidar sólidas relaciones internacionales con los países del continente y a nivel mundial, lo cual trae al tapete un concepto vil del ser humano, no cónsono con los valores humanistas y altruistas que se dice profesar. Sería lamentable tener que reconocer que las lealtades y apoyos con que cuenta la nación han sido comprados en base a regalos, así como es lamentable, que mientras los habitantes de Vargas no ven que avance la reconstrucción luego de la vaguada, se regalan pingues cantidades a países extranjeros. No es que no se ayude a los demás, sino que es inmoral no cumplirle a los que te eligieron o a tus “socios” en la riqueza nacional (Venezuela ahora es de todos), mientras se es generoso o no se escatima con los demás. Finalmente, un breve comentario sobre la polémica de los indicadores de salud, pues si la ministra asegura que recibe información semanal de todas las regiones del país, que explicación lógica determina que el presidente en su memoria y cuenta no presentara los datos actualizados, sí disponía de 14 días posteriores al último día del año para actualizarlo. La tecnología actual permite hacerlo en cuestión de segundos, como es que se le encomendó a la titular del despacho que buscara o llamara a quien fuera necesario y los datos no se presentaron. Adicionalmente, sí las cifras en salud o en cualquier aspecto son tan buenas, ¿Cuál es el recelo o el misterio con que se manejan? Quien está orgulloso de lo que hace más bien promueve las discusiones y el debate sobre sus resultados, para que la información sea certificada por terceros. ¿Qué mejores auditores que los adversarios políticos o gremiales? Negando el acceso a la información y negándose a confrontar las cifras lo que hace es sembrar dudas sobre la veracidad y precisión de la misma. En fin, en el análisis ético de cualquier gestión hay mucha tela que cortar, nadie es dueño del monopolio de la moral y la ética, por eso la máxima de Jesucristo mantiene la vigencia: el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra.

LAS PREGUNTAS: ¿Se consideraría ético comercializar un producto que perjudica a la humanidad? ¿Quién tiene más responsabilidad el que lo produce o el que lo consume? ¿Cae el petróleo en esa categoría, considerando el cambio climático? ¿Es compatible el humanismo con la predica de un hombre mesiánico o se estaría negando la evolución y la capacidad de aprendizaje del ser humano? ¿Cómo se sentirá un diputado que ha sido señalado por manejos dolosos, pero no se le investiga, al ver el trato diferencial de los diputados que no han sido juramentados? Si la emergencia por los damnificados es cierta, ¿no debería la AN apoyar al ejecutivo sesionando con mayor frecuencia y duración?

martes, 18 de enero de 2011

¿QUIÉN ME LO EXPLICA?

La disertación del primer mandatario el sábado a duras penas se acercó a lo que puede llamarse una memoria y cuenta, lo cual no es raro sabiendo que dada su larga pasantía en el poder ha degenerado en hacer lo que a él le parece. Así ha venido cambiando cuanto nombre se le ocurre, cuanta ley existe, la forma de jurar y faltaba la forma de presentar su rendición de cuentas al país. El venezolano común esperaba que hubiera al menos un desglose de las partidas que componen el presupuesto pormenorizando como se invirtieron y que avances produjeron, junto con el detalle “milimétrico” de la administración de los recursos excedentarios al precio del barril petrolero (aproximadamente 33 $/barril). Adicionalmente, era esperado un balance de los diferentes sectores de la economía con su respectivo análisis de crecimiento o decrecimiento, así como las medidas para mejorar o mantener lo que marcha bien y para corregir o incentivar las áreas con problemas y su impacto en el corto plazo. Lamentablemente, más fue el tiempo dedicado a payasear tratando de arrancarle una sonrisa a la diputada María Corina y la bancada de oposición (solo faltó la canción infantil payasito saltarín de donde saliste tu) o relatando anécdotas del 2002, del 4F o de su vida en el ejercito, en vez de tratar de concentrarse en lo fundamental y sustancioso de una rendición de cuentas claras y transparente al pueblo. Sorpresivamente usó un tono conciliador durante toda la jornada y llamó al diálogo, contradiciendo el tono de los diputados de su tolda política en las primeras sesiones de la AN y las consignas de sus parciales de no volverán. Hecho realmente llamativo considerando que días atrás había hablado de un documento con las líneas estratégicas para el partido, que hacía suponer algún tipo de coordinación ejecutivo - PSUV pero que su discurso negó, pues mientras las diputadas Flores y Eckout se desbordaron en insultos y expresiones peyorativas hacia la bancada de oposición, el chivo de la campana trató de tender puentes y ofreció la mano de la concordia para establecer el diálogo. Es bien sabido que de palabra el Presidente ha hecho varios actos de arrepentimiento en estos largos 12 años, los cuales acompaña de su histrionismo con cara de cachorrito abandonado buscando casa, pero que no han sido acompañados de los hechos que se alineen con las palabras. Surgen las preguntas ¿fue un discurso para la diplomacia internacional? ¿Qué tono utilizará la próxima vez que hable con su partido, éste conciliador o el agresivo de siempre? Un ejercicio memorístico del acontecer reciente revelará que en anteriores ocasiones ha bajado el tono, pero los hechos han seguido en correspondencia con el discurso agresivo. ¿Qué pasará esta vez? Podría especularse que puede ser una maniobra para tratar de reventar la unidad opositora, generando la discusión de cómo reaccionar ante la propuesta y que se puso en evidencia en las diferentes respuestas de los distintos diputados de la unidad democrática. Para él sería preferible que se desgasten discutiendo entre ellos para lograr una posición común, a que se concentren en argumentar propuestas contra su gestión. Otros pueden pensar que es un primer paso para tratar de reavivar el extinto polo patriótico, basándose en los coqueteos con la Causa R y algunos diputados que le dejaron el pelero para formar parte de la unidad. De momento hay que acotar que toda rectificación es bienvenida mientras sea sincera y de corazón, lo cual solo va a saberse cuando las palabras bonitas vayan acompañadas de acciones que las respalden. Entre esas acciones pudieran esperarse un compromiso de respetar el debido proceso, detener las expropiaciones hasta ponerse al día con las indemnizaciones, cesar las persecuciones políticas, modificar los artículos de las leyes aprobadas que generen controversia, la elaboración de un marco jurídico que garantice el respeto a la propiedad privada o la creación de incentivos para que el sector privado participe en el desarrollo de las vastas zonas del país no habitadas hasta ahora. Sin esa coherencia entre las palabras y los hechos la invitación al diálogo no es más que una rendición para hablar bajo los términos del ejecutivo.
Retomando la rendición de cuentas, hay que resaltar ciertas cifras contradictorias con la realidad experimentada durante 2010, como el crecimiento en la producción de maíz cuando durante el año se experimentó escasez del producto final derivado de su cultivo (harina precocida). La lógica indica que si la producción aumenta debería aumentar la oferta de los productos derivados de esa materia prima o si la oferta se compone de una parte importada, algo pasó con la importación que hubo escasez del producto. Incluso pudiera especularse o hablarse de una deformación de la demanda a través de la sustitución del consumo de otros rubros como arroz, pastas y/o pan por la harina precocida y de allí que se presentara escasez de la misma. En todo caso esa deformación revelaría un deterioro del poder adquisitivo, de la calidad de la dieta diaria y de la calidad de vida del venezolano. Un comportamiento similar se observa en la producción de leche, a la cual se le reporta un crecimiento de 14% a pesar de que no se consigue leche en polvo desde hace como 4 meses, lo que genera dudas sobre la veracidad o precisión de las cifras suministradas, porque es difícil de aceptar el incremento en la producción de un rubro cuando falta en los anaqueles del comercio. Nuevamente hay que especular si se habrá reducido la importación (¿cual sería la causa falta de divisas?) y quien establece las políticas de cuanto importar, porque el efecto al final sobre el consumidor es la falta del producto y la sensación de que algo “raro” ocurre, porque si aumenta la producción no deberían de faltar recursos para importar la diferencia que debería ser cada vez menor, considerando el aumento de la producción. Hizo mención a otros rubros como soya, girasol supuestamente también en crecimiento a pesar de que el aceite vegetal para cocinar es uno de los “fugitivos” más buscados en los anaqueles de los supermercados. Hizo falta un análisis detallado e individual de las empresas expropiadas, que permitiera evaluar su funcionamiento y si han mejorado en comparación a cuando eran operadas por particulares. Solo hubo una mención general a la Marqueseña junto con la invitación a visitarla, que debería ser extendida para todas las empresas expropiadas, considerando que ahora son de todos los venezolanos y un comentario sobre las procesadoras de café que supuestamente tuvieron un crecimiento modesto, que no se corresponde con la reducción del espacio que ahora ocupan esos productos en los anaqueles y la escasez que se presentó durante el año. Quedará para la historia la anécdota, sobre la diferencia irónica entre el tiempo dedicado en publicidad a través de los medios audiovisuales a las empresas expropiadas y el poco detalle que ofreció el primer mandatario sobre su funcionamiento a la población venezolana que ahora es su copropietario. Finalmente, dos consideraciones; la primera sobre los sectores con problemas que provocaron el decrecimiento económico y a los cuales no se hizo mención, salvo que yo me haya quedado dormido durante la prolongada transmisión; la segunda relativa a la inflación y la reducción de la pobreza. Si se quería ser consecuente con la prédica del poder popular se ha debido informar a ese poder el diagnóstico de los sectores con problemas y los planes para reactivarlos, así como las necesidades de recursos financieros destinados para ello y las personas responsables por los mismos. En el segundo caso parece desacertado comparar la inflación revolucionaria con la última década de democracia, pues son políticas económicas distintas la actual de controles rígidos y aquella de libre mercado. En una economía controlada, la inflación no se corresponde con las expectativas de los participantes, sino que está sujeta al cumplimiento de las regulaciones so pena de cárcel y/o expropiación, mientras en el libre mercado se busca el equilibrio entre las fuerzas de la demanda y la oferta. Sin embargo, es llamativo que a pesar de los controles la inflación se mantiene “terca” alrededor del 30% ¿Cuánto sería sin controles? En lo concerniente a la reducción de la pobreza, hay que puntualizar que si bien es cierto que las misiones y programas sociales han mitigado el impacto sobre la clases excluídas, eso solo es un paño caliente porque no ataca la verdadera causa de la pobreza que es la falta de la capacitación técnica para ejercer un oficio, que permita ganarse el sustento con el sudor de la frente en lugar de ganárselo con la ronquera de la garganta por gritar consignas políticas. Es mentir descaradamente el anuncio de reducción de la pobreza, cuando el estado se echa encima la carga social pero no crea las oportunidades de inversión para generar empleos autosustentables en el tiempo, que verdaderamente permitan la liberación de las clases oprimidas y su progreso social. Basta mirar a Cuba que luego de 5 décadas los ha tenido que “destetar” porque no puede asumir ese gasto. Lo dice la sabiduría popular cuando veas las barbas canosas de tu maestro arder, no te afeites las tuyas, ponlas en remojo.

LAS PREGUNTAS: ¿Quién tiene más capacidad para identificar el comunismo, Fidel Castro con más de medio siglo de experiencia tratando de implementarlo en Cuba o los 4 “recién bañaos” que jalan mecate en el canal del estado? ¿La oferta de diálogo significará la cabal comprensión de la estrategia suicida de destrucción del capitalismo o es una raya más pal tigre? ¿Si el precio del barril petrolero se hubiera mantenido en el rango 7-20$ las transnacionales petroleras hubieran aceptado la subida de las regalías y los impuestos?

martes, 11 de enero de 2011

DILEMAS DEL COMUNISMO DEL SIGLO 21

El último tercio del año 2010 mostró un giro revolucionario claramente encaminado hacia el totalitarismo, ignorando la señal prohibiendo la vuelta en “U” o el devolverse hacia formas de gobierno autoritarias y personalistas. Esta conducta que de manera sutil pero sostenida venía exhibiendo la revolución comunista a partir de 2004, se ha hecho groseramente evidente en la medida que los revolucionarios han venido percibiendo el despertar de la población, ante un gobierno que se regodea en negar la voluntad popular. Cada vez que la revolución ha tenido un revés democrático ante las fuerzas democráticas de liberación, ha “inventado” alguna argucia o triquiñuela para salirle al paso. Así lo atestiguan la derrota de la reforma en 2007, la demolición de la alcaldía mayor de Caracas, la centralización de competencias en alcaldías y gobernaciones en la medida que fueron ganadas por la oposición, el cambio de leyes a su favor y finalmente una ley habilitante que hipoteca y trunca el deseo del pueblo que quiso darse un foro balanceado y ecuánime para legislarlo. La ley habilitante es la gota que derrama el vaso democrático de los venezolanos, porque contraviene el deseo expresado por la población de quitarle el cheque en blanco que le había entregado al ejecutivo en una asamblea unicolor y sumisa a su voluntad imperial, conformando una nueva correlación de fuerzas que lo obliga a buscar consensos para la aprobación de las leyes, despojándolo de las mayorías calificadas para tomar decisiones de manera unilateral. Argumentar que las habilitaciones del ejecutivo existen en nuestra constitución desde hace 70 o 80 años es agarrar el rábano por las hojas, porque el dilema fundamental para los venezolanos y el mundo, estriba en el desfase que ha producido la revolución comunista entre los períodos legislativos y los períodos del ejecutivo, al separar los eventos electorales extendiendo el período presidencial a 6 años. Al no coincidir los períodos se abrió la posibilidad a que las habilitaciones de una asamblea se superpongan a la siguiente, cosa que era imposible en la cuarta república cuando tenían duraciones iguales. En buen cristiano, durante la cuarta cuando un congreso acordaba una habilitante lo hacía comprometiendo su ejercicio, es decir delegaba sus poderes al ejecutivo para ejercer le función legislativa durante la vigencia de su ejercicio. El desfase mencionado ha provocado que la asamblea que regía el período 2005/2010, comprometiera las atribuciones de la asamblea 2011/2016 durante 18 meses, lo cual, a todas luces despoja a la nueva asamblea de su potestad para decidir su acuerdo o no con la delegación de funciones, así como la duración de la misma. De haberse mantenido la correlación de fuerzas vigente en la anterior asamblea no hubiera habido problema, porque su entrega a la voluntad del ejecutivo seguramente acordaría ratificar dicha habilitante; pero al cambiar esa correlación de fuerzas los partidarios del jefe de estado carecen de la fuerza necesaria para habilitarlo unilateralmente y requieren consenso de los factores que se oponen al comunismo del siglo 21. Es allí donde se traspasa el límite democrático y donde se crea el gran dilema internacional, porque aceptarlo sería abrir la puerta para que cualquier parlamento en el mundo se base en ese precedente para hacer lo mismo. El pasado reciente nos muestra como la maniobra constituyentista se fue copiando en distintos países, y como el parlamento argentino promovió una ley de medios con un parlamento agonizante que acababa de ser derrotado en las elecciones. Irónicamente, quienes se han promovido como defensores de la participación popular y el respeto a su voluntad, ignoran u olvidan sus discursos cuando comienzan a perder el fervor de la población y buscan aferrarse al poder a toda costa. Aquí es pertinente traer a colación aquel discurso del actual primer vicepresidente de la AN, donde aseveraba que sí a él le hubieran hecho lo que le hicieron a Ledezma se hubiera “molestado”, para recordar que la regla dorada de la convivencia indica no hacer a los demás lo que no te gustaría que te hiciesen a ti. Es casi una perogrullada pensar que sí la maniobra fuera al revés los que estuvieran con el llantén serían los rojos rojitos, pero el ejercicio del poder en forma absoluta y soberbia conduce a tolerar y hasta festejar ese tipo de acciones viles, bribonas y reñidas con la ética y moral de quienes se autodefinen como bolivarianos. El Padre de la Patria nunca hubiera prestado su nombre para semejante vagabundería, lo que coloca al gobierno en el dilema de contradecir sus raíces, negar o al menos poner en entredicho su esencia democrática irrespetando un poder institucional elegido por el poder originario. Esperemos que el primer mandatario no se ilegitime a si mismo sacando provecho de una acción indigna y desesperada como ésa, que el tiempo pudiera desenmascarar evidenciando el deseo de una habilitante del presidente luego del 26S, que se aprovechó de las coyunturas climáticas y los damnificados para tratar de justificarla.
La vida se ha venido encargando de dictarle lecciones de economía al presidente, la última de ellas es lo referente a los recursos escasos en relación a las necesidades de la gente. El caso Pudreval se trató de minimizar señalando que en Venezuela nadie pasaba hambre y las 130000 TM podridas no hacían falta. Pues bien, esos alimentos perdidos representan casi 1 TM de comida por damnificado, o lo que es lo mismo a la tasa de consumo estimada por el gobierno de 1.4 Kg /día per capita, alimento para 687 días para c/u de ellos. Ven como si era importante. Por el bien de todos los venezolanos espero que haya aprendido esa lección tan dolorosa y los responsables no sigan impunes.
Otro dilema que recorre las mentes de los venezolanos es lo referente a la imparcialidad y objetividad requeridas para gobernar el país, dado el grado de odio y rencor que se ha dejado colar en el discurso revolucionario en sus señalamientos a la cuarta república. Nada más que considerar la edad de los parlamentarios de oposición bastaría para comprender que cuando mucho serían adolescentes o tal vez ni habían nacido cuando ocurrieron esos hechos. Por lo tanto, si no tenían posiciones de poder en ese entonces, como endilgarles la responsabilidad por lo ocurrido sin caer en conductas motivadas por el odio y la irracionalidad. Señalar al diputado de Marquina con la aseveración de que su partido arrojó al hermano del presidente de la asamblea de un helicóptero, pasando por alto su edad, su nueva militancia y el momento en el cual se inscribió en ese partido, es un exabrupto como tropezarse con mi General en Jefe Mata Figueroa, mi General Benavides o el Mayor General González y enrostrarles que su fuerza armada arrojó del helicóptero a Víctor Soto Rojas, o si se quiere ser más actualizado acusarlos de que su fuerza armada quemó los soldados de Fuerte Mara. Generalizar el accionar de las organizaciones a todos sus miembros no es posible y no es un buen signo de la cordura y claridad de pensamiento que requiere el país de sus dirigentes. En toda agrupación de personas hay personas buenas y malas, en el transcurso de la vida se cometen errores y aciertos, lo importante es aprender de ellos y tener el coraje de rectificar. El mismo primer mandatario es una muestra viviente de ello, desde el 4F hasta la reconciliación con su mejor panita Santos, pasando por los sinsabores con Uribe y Alan García por nombrar algunos. Ahora, esa cualidad no es exclusiva y única en él, sino que puede ser ejercida por todos los seres humanos y dentro de ellos los venezolanos. En la bancada de oposición difícilmente se encuentran nombres vinculados a posiciones de poder del pasado o a quienes se les puedan atribuir decisiones reñidas con la legalidad y moral ciudadana; de encontrarlos lo sano es hacer la investigación respectiva y con pruebas irrefutables en mano acusarlos, pero acciones como las ejercidas contra los diputados con litigios pudieran ser más nocivas que positivas, considerando que las presuntas irregularidades no ocurrieron ayer y hasta el momento no han sido condenados. Al menos han pasado dos años o más desde que se les hicieron los señalamientos y da muy mal tufo que teniendo la revolución el poder judicial arrodillado no haya logrado condenarlos hasta la fecha. Nuevamente el odio en quienes se llaman seguidores de Cristo Redentor, ejemplo inigualable de perdón y de amor al prójimo, pone en duda la sinceridad y rectitud de su proceder. Lo aconsejable en esos casos es no doblar la justicia en aras de objetivos políticos, mientras que en los vinculados a la primera década democrática ayudaría revisar, sí entre los septuagenarios y octogenarios del país hay sobrevivientes de esas épocas nefastas (50 y 60, no olvidemos los señalamientos de tortura en la seguridad nacional) que hayan ejercido cargos de poder y confianza, como para arrojar luces sobre lo acaecido llevando tranquilidad y consuelo a los familiares al conocer la verdad y puntualizando las responsabilidades. Es factible pensar que en el ocaso de sus vidas sientan remordimientos y prefieran levantar el manto cómplice que oculta esa etapa de nuestra historia. Finalmente, vale la pena recordar el clamor nacional por la reconciliación de nuestro pueblo, entendiendo que una nación sembrada de odio y discordia nunca cosechará los frutos del bienestar; al contrario, culpará y responsabilizará inocentes en su sed de venganza propagando la espiral de odio y violencia que no conduce a nada bueno. El ejemplo del Redentor, que muchos dicen seguir, nos llama al perdón y la reconciliación para que con el aporte de todos, el país pueda avanzar.

LAS PREGUNTAS: En la cola para pagar la luz un chavista le increpa a un independiente: en América Latina no hay un presidente como Chávez y el otro le responde a la velocidad del rayo: obviamente, todos esos países están creciendo económicamente, no han devaluado en dos años consecutivos y tienen la inflación controlada.¿Quien tendrá la razón o la tendrán ambos?
¿A quién le dicen bolsillo roto? Pista: al que ha recibido sumas mil millonarias y siempre anda pelando.

viernes, 7 de enero de 2011

MORDERSE LA COLA O PISARSE LA MANGUERA

La instalación de la nueva AN demostró fehacientemente las inconsistencias del discurso comunista producto de la desesperación por el repunte del adversario o de la desorientación para enfrentar el nuevo momento político que vive el país. Ver a dos prominentes figuras de la AN anterior, como la diputada Flores y su panita Vivas, recurrir a los calificativos y epítetos ante la falta de argumentos y logros de su gestión, es un síntoma inequívoco del reconcomio que llevan por dentro al perder la mayoría absoluta y calificada, lo que les impide seguir haciendo lo que les venía en gana. Quizás tener que asumir esa responsabilidad ante el líder de la revolución como directivos de la anterior AN, les haya provocado semejante despecho político que impidió darle al acto la solemnidad y majestuosidad que merecía. ¿De qué tamaño será ese guayabo que los condujo a perder la ecuanimidad? Hay un dicho popular que sentencia que no se debe nombrar la soga en la casa del ahorcado, y eso ni más ni menos, fue lo que hicieron al cuestionar la inmunidad parlamentaria de los diputados que no pudieron juramentarse, en presencia de ex gobernadores y ex alcaldes rojitos que en el pasado reciente fueron señalados por presuntas prácticas no acordes a las buenas costumbres y sana administración de los dineros públicos, pero nunca fueron investigados. De haberlo hecho hoy su nombre pudiera estar limpio de polvo y paja, pero prefirieron dejar que se formase un manto de duda sobre su reputación. Algo similar deben haber sentido los diputados que participaron en las intentonas del 4F o del 27N al escuchar el estribillo de golpistas, golpistas ¿Sería con ellos? En este punto se deben hacer dos consideraciones que permitan encuadrar el descalabro revolucionario: 1) Si los diputados de oposición indiciados o señalados en realidad son culpables y existen pruebas contundentes e incontrovertibles, como queda la justicia revolucionaria que tiene todas las instancias bajo su control, pero no ha sido capaz de juzgarlos y sentenciarlos ¿Por qué se cierne sobre esos casos un manto de duda y manipulación? 2) Resulta obvio que cualquiera de los bandos que haya intentado una ruptura del hilo constitucional lo hizo convencido de que tiene argumentos válidos para ello, pero asumir o auto nombrarse Dios supremo de la legalidad condenando unos y absolviendo otros, es perder la perspectiva creyendo que los venezolanos somos tontos o desmemoriados, considerando que el mismo jefe revolucionario ha reconocido públicamente que él provocó los sucesos de 2002, lo cual a todas luces es un atenuante. Una situación incómoda comparable debe haber pasado el nuevo presidente de la AN, al escuchar los señalamientos a la oposición de traer delincuentes a la AN, porque quien fue guerrillero algún acto contra la institucionalidad establecida debe haber cometido en sus tiempos mozos, asumiendo que de eso es que se ocupa la guerrilla en cualquier país. En efecto el proceso de pacificación a finales de los 60 y comienzo de los 70 así lo atestigua. No menos desagradable e incómodo debe haber sido, tener que ser testigo de palo en el intento de levantamiento de la inmunidad parlamentaria a los diputados electos y recordar su papel protagónico en la liberación de su compañero de lucha en la Liga Socialista David Nieves. La incoherencia entre la vehemencia con que se dicen las cosas y la irracionalidad que reflejan las acciones revolucionarias, ha puesto a dudar a más de uno en el país de la sinceridad y el compromiso con los valores que ellos profesan. La igualdad tan manoseada y baboseada en los discursos de los revolucionarios, se esconde colorada por el bochorno que le produce ser utilizada a conveniencia por el grupo que detenta el poder actualmente; pues mientras la cuarta respetó el indulto popular en la elección de David Nieves, los paladines revolucionarios se regodean en ignorarlo a pesar de sus consignas de poder popular y pueblo legislador. ¿Quién puede confiar en esos “slogans políticos” sí cada día se acumulan hechos mostrando que los pisotean a su conveniencia? Los vergonzosos “atajos” tomados por la revolución luego de la derrota en el 2007 de su propuesta de reforma, señalan indubitablemente el poco respeto por la voluntad popular que tiene el gobierno cuando le es adversa. La desvergüenza de consultar la reelección indefinida, dejando por fuera la seguridad social o la jornada laboral, desenmascaró el verdadero móvil del líder revolucionario al privilegiar su conveniencia política por sobre el interés de la población. Eso se pone nuevamente de manifiesto cuando a pesar del cacareo del poder popular, el poder originario y el pueblo legislador, se menosprecia la voluntad del pueblo expresada en la votación por los diputados señalados para hacer lo que a ellos les conviene. Con semejante demostración de la poca valoración o importancia que la revolución le da a la voluntad popular, ¿Quién puede comprar el cuento del poder popular y el pueblo legislador? Otro gallo cantaría y sería un buen indicio del tenor democrático y la dignidad de nuestro gobernante sí se sometiera al designio popular, reconociendo la soberanía que reside en ellos y dejara sus pareceres de lado a pesar de hacerlos públicos. Cualquier conducta distinta a ésa estará enviando un claro mensaje sobre la farsa del poder popular para engatusar incautos porque al final se hará lo que le parezca al líder supremo, esté o no en sintonía con el parecer de la población. Un venezolano digno no puede ver con buenos ojos que se juegue con su buena fe y sus aspiraciones en la vida. Aceptar ese tipo de manipulaciones, que rayan casi en la burla, es renunciar al don del discernimiento callando cualquier disidencia, diferencia o divergencia en la forma de apreciar la realidad. A manera de ejemplo, quien puede negar que la modificación del reglamento de debates en la AN, no es una burla al pueblo si durante 5 años con mayoría absoluta y calificada más 4 habilitaciones presidenciales, terminaron con sesiones extraordinarias aprobando a la carrera lo que le pusieran por delante para complacer al primer magistrado. ¿Quién puede creer que sin las mayoría absoluta o calificada y con menos reuniones semanales van a cumplir cabalmente? Es un chinazo o un tiro en el propio pie. El veto a la ley de universidades deja en ridículo la sumisión de los asambleístas que sacrificaron el tiempo de regocijo con su familia en Navidad para aprobarla y luego se la vetan en las narices. Renunciar a pensar, a analizar o a ser un ente crítico es renunciar a la vida y a la cualidad que distingue a los seres humanos de los animales. Otro aspecto que mancha la bandera democrática de los revolucionarios y su dignidad ciudadana, es el haber comprometido a una AN con distinta correlación de fuerzas con una ley habilitante de 18 meses. Si el presidente se precia de demócrata y desea mirar a la nación con la frente en alto sin peder su legitimidad ante los venezolanos, por irrespetar una institución del poder público, debe tener el noble gesto de someter nuevamente su solicitud de habilitación para que le sea ratificada, negada o limitada de acuerdo al parecer de los nuevos asambleístas. No hacerlo es reconocer una artimaña o argucia más para burlar la voluntad popular y salirse con la suya, a pesar de toda la cháchara del poder popular o el pueblo legislador. Finalmente, una consideración sobre la equidad que tanto se nombra pero tan poco se practica. De acuerdo con los resultados del 26S la revolución tiene el 59.3 % de los diputados y la oposición el 40.6 %, por tanto, en términos de equidad la conformación de las comisiones y la directiva deberían reflejar esa distribución; es decir, el 59.3 % de tres miembros es casi dos (1.779) y el 40.6 % de 3 es uno y fracción (1.218) lo que determina que la oposición tenía derecho en base a la equidad a una vicepresidencia y le fue arrebatada o expropiada por los “justos y equitativos” revolucionarios. Curiosamente, esa proporción si se respeta al conformar la comisión para estudiar la inmunidad parlamentaria, lo que demuestra la pertinencia del cálculo señalado. De acuerdo con ese mismo principio, de las 15 comisiones al gobierno le correspondería presidir 9 (15*59.3%=8.895) y a la oposición presidir 6 (15*40.6%=6.09). La honestidad y decencia pública recomiendan que la comisión de contraloría le corresponda a la oposición para evitar que el gobierno se pague y de los vueltos, no hacerlo sería burlar la función contralora de la AN, dada la sumisión de los rojitos al líder máximo puesta en evidencia durante todo el quinquenio pasado. No hay que olvidar que solo la presión popular a través del pueblo en la calle defendiendo su voto y sus aspiraciones, es lo que nos va a garantizar un gobierno eficiente que administre los dineros públicos con pulcritud y honestidad.
LAS PREGUNTAS: ¿Será válido ese juramento con la izquierda en alto contrario a la convención universal? ¿Con qué mano juraría El Libertador en el Monte Sacro? ¿El venezolano seguirá comiendo frases bonitas o comenzará a exigir acciones que respalden las palabras? ¿Se sentirán orgullosos los revolucionarios en la directiva de la AN violando sus lemas de igualdad, equidad y poder popular? Cuándo fue sincera la revolución ¿al atacar a Goicoechea como líder estudiantil y/o funcionario en la alcaldía metropolitana o al defenderlo en la instalación de la AN?

sábado, 1 de enero de 2011

¿TODAVÍA TIENEN DUDAS?

Generalmente se estila que cuando una persona sigue a un maestro tiende a mostrar sus mismas inclinaciones y a profesar las mismas ideas o principios que guiaban la actuación de aquel. Es parte del respeto y del agradecimiento al maestro por las enseñanzas, el defender sus postulados aceptando como válidas las premisas que fundamentaban las teorías del líder. Hubiera sido inconcebible que los apóstoles como seguidores de Jesús negaran su Resurrección o desconocieran su Palabra o sus Milagros. Igualmente, un discípulo de Gandhi no puede apoyar las acciones violentas como medio de lucha para alcanzar la libertad o la independencia. Siguiendo esta línea de pensamiento uno esperaría que cualquier cristiano que siga a Jesús de corazón y cuente con su Bendición, imite sus conductas logrando resultados que muestren paralelismos humanos con las proezas realizadas por El Mesías. Si Jesucristo logró alimentar una multitud con 5 panes y dos peces, uno esperaría que un mortal común y corriente fuera capaz de lograr algo similar con 990 mil millones de dólares, la venta de la refinería Veba – oil y los famosos fondos chinos, rusos o etc. Similarmente, si el Hijo de Dios, es decir, el heredero del Creador del Universo se hizo hombre y vino al mundo y no arrebató sus propiedades al imperio Romano o al Egipcio, sino que más bien pronunció aquellas palabras sentenciando al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es Dios, ¿tiene sentido pensar que un seguidor suyo avale tras el nombre de Cristo una política de apropiaciones de lo ajeno? O si Jesucristo dio muestras de tolerancia al acercarse y perdonar a Magdalena o al recaudador de impuestos, justificando su proceder señalando que venía en pos de los descarriados, que Él era la luz o la guía para que los pecadores se arrepintieran y encontraran el camino a la Salvación, ¿tendría coherencia lógica que un genuino seguidor de Él fuera intolerante y sectario? La parábola del hijo pródigo tiene como moraleja la alegría de un padre al recibir a su hijo arrepentido, señalando que habrá más fiesta en el cielo por la conversión de un pecador que por la de cien justos. Otra incoherencia de pertinencia colosal es el perdón de Jesucristo a sus verdugos en su último aliento en la cruz, como fiel testimonio de su amor infinito hacia la humanidad y del mandamiento que había predicado, mientras otros poseídos por la soberbia no solamente se niegan a perdonar sino a considerar o tratar de entender el punto de vista de sus semejantes. Este tipo de disparidades no solo se dan en el ámbito religioso sino que se reproducen en otras áreas de desempeño como se describe a continuación. En el deporte por ejemplo, se puede catalogar de buen jugador a alguien que busca cambiar las reglas del juego a su favor o a su conveniencia, en lugar de aceptar el juego como es y participar en él. Un demócrata puede preciarse de esa cualidad mientras desprecia olímpicamente la opinión o el parecer de la mitad o más de la mitad de los ciudadanos que gobierna, o ese hecho intolerante y sectario mancha su conducta restándole el brillo que debería tener. Desde el punto de vista gerencial y administrativo se puede llamar eficiencia a la concentración del poder y las atribuciones en una sola persona, despreciando el aporte o las ideas de los demás. ¿Qué sentido tiene elegir 167 diputados para luego mandarlos de “vacaciones” con pago de salarios y demás bonificaciones durante año y medio? ¿Desperdiciar esa cantidad de horas hombre es hacer un buen uso de los recursos de que dispone el país? Desde el punto de vista ideológico, una persona puede definirse como seguidor o admirador de los postulados de Stalin, Lenín, Mao o Fidel Castro, por nombrar algunos de los que han sido señalados como inspiradores del proceso revolucionario, sin que esa persona se convierta en comunista o visto de otra manera ¿que le reconoce de malo al comunismo esa persona que trata a pesar de su afinidad y preferencia por ese tipo de ideas de no verse asociado a él?. Esa brecha entre el decir y el hacer, esa rendija entre el ser y el parecer es el origen de todas las dudas que revolotean en la mente de los ciudadanos cuestionando la pertinencia e idoneidad de sus decisiones políticas en el pasado reciente.
Adicionalmente a esos razonamientos se mueve el trasfondo estratégico que motoriza muchas de las decisiones y acciones revolucionarias, el cual pareciera estar orientado a provocar un estado de confusión y avasallamiento del contrario capaz de generar conductas que rayen en la parálisis o la preservación instintiva, las cuales no son precisamente las mejores posiciones para generar estrategias exitosas. Una estrategia que se inspire en la amenaza de sobrevivencia puede adolecer del razonamiento requerido para ponderar y valorar acertadamente la conveniencia o inconveniencia de ciertas posiciones e incluso puede dirigirse hacia la negación u obstrucción del adversario, en lugar de buscar la empatía y la sinergia necesaria para la construcción de propuestas. Las agresiones que se han visto en el último mes parecen encaminadas a sacar de sus casillas a los nuevos diputados para encajonarlos hacia respuestas instintivas que rayen en la violencia y de esa manera destruir el prestigio y la aceptación que ha venido ganando la oposición, mientras se manda un mensaje de desánimo e impotencia al ciudadano común con el objetivo de inhibir su respuesta, creándole la impresión de que no puede hacer nada para contener el comunismo del siglo 21. Ante esa situación luce como lo más apropiado que los líderes de oposición se desenganchen de las provocaciones oficialistas y se concentren y articulen en una agenda propositiva y constructiva del país posible. Acercarse a la ciudadanía con proposiciones de lo que puede o debería hacerse para lograr un mejor uso de los recursos públicos, analizando los detalles y pormenores que aconsejan o desaconsejan determinadas posiciones, pudiera ser el primer paso de una estrategia exitosa contra el uso abusivo del poder. Contraponer ese enfoque a las decisiones oficiales que han destinado cuantiosos recursos a la prevención del “enemigo invisible” que nunca se presenta, mientras se ha dejado a la población a merced de los vaivenes de la naturaleza ante los cuales ha faltado previsión; es decir, se han gastado sumas mil millonarias en armas y dispositivos para la defensa de la nación de un enemigo que no ha hecho acto de presencia, pero que son inoperantes ante la furia del clima y la naturaleza. Ese cuestionamiento de la pertinencia de las decisiones que se han venido tomando y que el tiempo se encarga de poner en evidencia, dejando en ridículo a los visionarios y planificadores revolucionarios es el camino más aconsejable en este inicio de año. Hay que empezar a compartir el sueño de las cosas que pueden hacerse, la forma de hacerlas factibles y realizables así como los beneficios que pueden traer a la población, para ir creando la disposición a un cambio hacia 2012. Las decisiones autoritarias y abusivas último mes del 2010 ponen en evidencia desesperación e ineptitud porque eso lo han podido hacer desde el primer día en que la mayoría revolucionaria se conformó en 2005, sin embargo no lo habían hecho porque necesitaban el barniz democrático. Haber dejado pasar 5 años sin poder construir esas estructuras es una ineptitud descomunal, mientras que terminar implementándolas a la carrera, a última hora, desnuda la improvisación y desesperación que se pasea oronda en las filas revolucionarias. Hay que llenarse de optimismo y esperanza porque es una señal inequívoca de que la revolución le teme a la unificación de las fuerzas opositoras. Es como imaginarse una carrera de maratón y el corredor que viene adelante al verse atacado y arremetido por un rival que viene de atrás no encuentra más salida que cerrar el paso o hacer trampa. En el mundo político hacer trampa no es aceptable y revela, sin lugar a dudas, la vocación totalitaria que yace en la revolución. Feliz 2011 para todos, que la concordia del abrazo de fin de año nos abra la puerta hacia la reconciliación definitiva.

LAS PREGUNTAS: ¿exfiscal o expresidenta para la procuraduría? ¿Estará preocupado quien siempre preguntaba por el silbón o la bola de fuego porque le salga “el caminante” por un pasillo?