sábado, 1 de enero de 2011

¿TODAVÍA TIENEN DUDAS?

Generalmente se estila que cuando una persona sigue a un maestro tiende a mostrar sus mismas inclinaciones y a profesar las mismas ideas o principios que guiaban la actuación de aquel. Es parte del respeto y del agradecimiento al maestro por las enseñanzas, el defender sus postulados aceptando como válidas las premisas que fundamentaban las teorías del líder. Hubiera sido inconcebible que los apóstoles como seguidores de Jesús negaran su Resurrección o desconocieran su Palabra o sus Milagros. Igualmente, un discípulo de Gandhi no puede apoyar las acciones violentas como medio de lucha para alcanzar la libertad o la independencia. Siguiendo esta línea de pensamiento uno esperaría que cualquier cristiano que siga a Jesús de corazón y cuente con su Bendición, imite sus conductas logrando resultados que muestren paralelismos humanos con las proezas realizadas por El Mesías. Si Jesucristo logró alimentar una multitud con 5 panes y dos peces, uno esperaría que un mortal común y corriente fuera capaz de lograr algo similar con 990 mil millones de dólares, la venta de la refinería Veba – oil y los famosos fondos chinos, rusos o etc. Similarmente, si el Hijo de Dios, es decir, el heredero del Creador del Universo se hizo hombre y vino al mundo y no arrebató sus propiedades al imperio Romano o al Egipcio, sino que más bien pronunció aquellas palabras sentenciando al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es Dios, ¿tiene sentido pensar que un seguidor suyo avale tras el nombre de Cristo una política de apropiaciones de lo ajeno? O si Jesucristo dio muestras de tolerancia al acercarse y perdonar a Magdalena o al recaudador de impuestos, justificando su proceder señalando que venía en pos de los descarriados, que Él era la luz o la guía para que los pecadores se arrepintieran y encontraran el camino a la Salvación, ¿tendría coherencia lógica que un genuino seguidor de Él fuera intolerante y sectario? La parábola del hijo pródigo tiene como moraleja la alegría de un padre al recibir a su hijo arrepentido, señalando que habrá más fiesta en el cielo por la conversión de un pecador que por la de cien justos. Otra incoherencia de pertinencia colosal es el perdón de Jesucristo a sus verdugos en su último aliento en la cruz, como fiel testimonio de su amor infinito hacia la humanidad y del mandamiento que había predicado, mientras otros poseídos por la soberbia no solamente se niegan a perdonar sino a considerar o tratar de entender el punto de vista de sus semejantes. Este tipo de disparidades no solo se dan en el ámbito religioso sino que se reproducen en otras áreas de desempeño como se describe a continuación. En el deporte por ejemplo, se puede catalogar de buen jugador a alguien que busca cambiar las reglas del juego a su favor o a su conveniencia, en lugar de aceptar el juego como es y participar en él. Un demócrata puede preciarse de esa cualidad mientras desprecia olímpicamente la opinión o el parecer de la mitad o más de la mitad de los ciudadanos que gobierna, o ese hecho intolerante y sectario mancha su conducta restándole el brillo que debería tener. Desde el punto de vista gerencial y administrativo se puede llamar eficiencia a la concentración del poder y las atribuciones en una sola persona, despreciando el aporte o las ideas de los demás. ¿Qué sentido tiene elegir 167 diputados para luego mandarlos de “vacaciones” con pago de salarios y demás bonificaciones durante año y medio? ¿Desperdiciar esa cantidad de horas hombre es hacer un buen uso de los recursos de que dispone el país? Desde el punto de vista ideológico, una persona puede definirse como seguidor o admirador de los postulados de Stalin, Lenín, Mao o Fidel Castro, por nombrar algunos de los que han sido señalados como inspiradores del proceso revolucionario, sin que esa persona se convierta en comunista o visto de otra manera ¿que le reconoce de malo al comunismo esa persona que trata a pesar de su afinidad y preferencia por ese tipo de ideas de no verse asociado a él?. Esa brecha entre el decir y el hacer, esa rendija entre el ser y el parecer es el origen de todas las dudas que revolotean en la mente de los ciudadanos cuestionando la pertinencia e idoneidad de sus decisiones políticas en el pasado reciente.
Adicionalmente a esos razonamientos se mueve el trasfondo estratégico que motoriza muchas de las decisiones y acciones revolucionarias, el cual pareciera estar orientado a provocar un estado de confusión y avasallamiento del contrario capaz de generar conductas que rayen en la parálisis o la preservación instintiva, las cuales no son precisamente las mejores posiciones para generar estrategias exitosas. Una estrategia que se inspire en la amenaza de sobrevivencia puede adolecer del razonamiento requerido para ponderar y valorar acertadamente la conveniencia o inconveniencia de ciertas posiciones e incluso puede dirigirse hacia la negación u obstrucción del adversario, en lugar de buscar la empatía y la sinergia necesaria para la construcción de propuestas. Las agresiones que se han visto en el último mes parecen encaminadas a sacar de sus casillas a los nuevos diputados para encajonarlos hacia respuestas instintivas que rayen en la violencia y de esa manera destruir el prestigio y la aceptación que ha venido ganando la oposición, mientras se manda un mensaje de desánimo e impotencia al ciudadano común con el objetivo de inhibir su respuesta, creándole la impresión de que no puede hacer nada para contener el comunismo del siglo 21. Ante esa situación luce como lo más apropiado que los líderes de oposición se desenganchen de las provocaciones oficialistas y se concentren y articulen en una agenda propositiva y constructiva del país posible. Acercarse a la ciudadanía con proposiciones de lo que puede o debería hacerse para lograr un mejor uso de los recursos públicos, analizando los detalles y pormenores que aconsejan o desaconsejan determinadas posiciones, pudiera ser el primer paso de una estrategia exitosa contra el uso abusivo del poder. Contraponer ese enfoque a las decisiones oficiales que han destinado cuantiosos recursos a la prevención del “enemigo invisible” que nunca se presenta, mientras se ha dejado a la población a merced de los vaivenes de la naturaleza ante los cuales ha faltado previsión; es decir, se han gastado sumas mil millonarias en armas y dispositivos para la defensa de la nación de un enemigo que no ha hecho acto de presencia, pero que son inoperantes ante la furia del clima y la naturaleza. Ese cuestionamiento de la pertinencia de las decisiones que se han venido tomando y que el tiempo se encarga de poner en evidencia, dejando en ridículo a los visionarios y planificadores revolucionarios es el camino más aconsejable en este inicio de año. Hay que empezar a compartir el sueño de las cosas que pueden hacerse, la forma de hacerlas factibles y realizables así como los beneficios que pueden traer a la población, para ir creando la disposición a un cambio hacia 2012. Las decisiones autoritarias y abusivas último mes del 2010 ponen en evidencia desesperación e ineptitud porque eso lo han podido hacer desde el primer día en que la mayoría revolucionaria se conformó en 2005, sin embargo no lo habían hecho porque necesitaban el barniz democrático. Haber dejado pasar 5 años sin poder construir esas estructuras es una ineptitud descomunal, mientras que terminar implementándolas a la carrera, a última hora, desnuda la improvisación y desesperación que se pasea oronda en las filas revolucionarias. Hay que llenarse de optimismo y esperanza porque es una señal inequívoca de que la revolución le teme a la unificación de las fuerzas opositoras. Es como imaginarse una carrera de maratón y el corredor que viene adelante al verse atacado y arremetido por un rival que viene de atrás no encuentra más salida que cerrar el paso o hacer trampa. En el mundo político hacer trampa no es aceptable y revela, sin lugar a dudas, la vocación totalitaria que yace en la revolución. Feliz 2011 para todos, que la concordia del abrazo de fin de año nos abra la puerta hacia la reconciliación definitiva.

LAS PREGUNTAS: ¿exfiscal o expresidenta para la procuraduría? ¿Estará preocupado quien siempre preguntaba por el silbón o la bola de fuego porque le salga “el caminante” por un pasillo?

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