viernes, 7 de enero de 2011

MORDERSE LA COLA O PISARSE LA MANGUERA

La instalación de la nueva AN demostró fehacientemente las inconsistencias del discurso comunista producto de la desesperación por el repunte del adversario o de la desorientación para enfrentar el nuevo momento político que vive el país. Ver a dos prominentes figuras de la AN anterior, como la diputada Flores y su panita Vivas, recurrir a los calificativos y epítetos ante la falta de argumentos y logros de su gestión, es un síntoma inequívoco del reconcomio que llevan por dentro al perder la mayoría absoluta y calificada, lo que les impide seguir haciendo lo que les venía en gana. Quizás tener que asumir esa responsabilidad ante el líder de la revolución como directivos de la anterior AN, les haya provocado semejante despecho político que impidió darle al acto la solemnidad y majestuosidad que merecía. ¿De qué tamaño será ese guayabo que los condujo a perder la ecuanimidad? Hay un dicho popular que sentencia que no se debe nombrar la soga en la casa del ahorcado, y eso ni más ni menos, fue lo que hicieron al cuestionar la inmunidad parlamentaria de los diputados que no pudieron juramentarse, en presencia de ex gobernadores y ex alcaldes rojitos que en el pasado reciente fueron señalados por presuntas prácticas no acordes a las buenas costumbres y sana administración de los dineros públicos, pero nunca fueron investigados. De haberlo hecho hoy su nombre pudiera estar limpio de polvo y paja, pero prefirieron dejar que se formase un manto de duda sobre su reputación. Algo similar deben haber sentido los diputados que participaron en las intentonas del 4F o del 27N al escuchar el estribillo de golpistas, golpistas ¿Sería con ellos? En este punto se deben hacer dos consideraciones que permitan encuadrar el descalabro revolucionario: 1) Si los diputados de oposición indiciados o señalados en realidad son culpables y existen pruebas contundentes e incontrovertibles, como queda la justicia revolucionaria que tiene todas las instancias bajo su control, pero no ha sido capaz de juzgarlos y sentenciarlos ¿Por qué se cierne sobre esos casos un manto de duda y manipulación? 2) Resulta obvio que cualquiera de los bandos que haya intentado una ruptura del hilo constitucional lo hizo convencido de que tiene argumentos válidos para ello, pero asumir o auto nombrarse Dios supremo de la legalidad condenando unos y absolviendo otros, es perder la perspectiva creyendo que los venezolanos somos tontos o desmemoriados, considerando que el mismo jefe revolucionario ha reconocido públicamente que él provocó los sucesos de 2002, lo cual a todas luces es un atenuante. Una situación incómoda comparable debe haber pasado el nuevo presidente de la AN, al escuchar los señalamientos a la oposición de traer delincuentes a la AN, porque quien fue guerrillero algún acto contra la institucionalidad establecida debe haber cometido en sus tiempos mozos, asumiendo que de eso es que se ocupa la guerrilla en cualquier país. En efecto el proceso de pacificación a finales de los 60 y comienzo de los 70 así lo atestigua. No menos desagradable e incómodo debe haber sido, tener que ser testigo de palo en el intento de levantamiento de la inmunidad parlamentaria a los diputados electos y recordar su papel protagónico en la liberación de su compañero de lucha en la Liga Socialista David Nieves. La incoherencia entre la vehemencia con que se dicen las cosas y la irracionalidad que reflejan las acciones revolucionarias, ha puesto a dudar a más de uno en el país de la sinceridad y el compromiso con los valores que ellos profesan. La igualdad tan manoseada y baboseada en los discursos de los revolucionarios, se esconde colorada por el bochorno que le produce ser utilizada a conveniencia por el grupo que detenta el poder actualmente; pues mientras la cuarta respetó el indulto popular en la elección de David Nieves, los paladines revolucionarios se regodean en ignorarlo a pesar de sus consignas de poder popular y pueblo legislador. ¿Quién puede confiar en esos “slogans políticos” sí cada día se acumulan hechos mostrando que los pisotean a su conveniencia? Los vergonzosos “atajos” tomados por la revolución luego de la derrota en el 2007 de su propuesta de reforma, señalan indubitablemente el poco respeto por la voluntad popular que tiene el gobierno cuando le es adversa. La desvergüenza de consultar la reelección indefinida, dejando por fuera la seguridad social o la jornada laboral, desenmascaró el verdadero móvil del líder revolucionario al privilegiar su conveniencia política por sobre el interés de la población. Eso se pone nuevamente de manifiesto cuando a pesar del cacareo del poder popular, el poder originario y el pueblo legislador, se menosprecia la voluntad del pueblo expresada en la votación por los diputados señalados para hacer lo que a ellos les conviene. Con semejante demostración de la poca valoración o importancia que la revolución le da a la voluntad popular, ¿Quién puede comprar el cuento del poder popular y el pueblo legislador? Otro gallo cantaría y sería un buen indicio del tenor democrático y la dignidad de nuestro gobernante sí se sometiera al designio popular, reconociendo la soberanía que reside en ellos y dejara sus pareceres de lado a pesar de hacerlos públicos. Cualquier conducta distinta a ésa estará enviando un claro mensaje sobre la farsa del poder popular para engatusar incautos porque al final se hará lo que le parezca al líder supremo, esté o no en sintonía con el parecer de la población. Un venezolano digno no puede ver con buenos ojos que se juegue con su buena fe y sus aspiraciones en la vida. Aceptar ese tipo de manipulaciones, que rayan casi en la burla, es renunciar al don del discernimiento callando cualquier disidencia, diferencia o divergencia en la forma de apreciar la realidad. A manera de ejemplo, quien puede negar que la modificación del reglamento de debates en la AN, no es una burla al pueblo si durante 5 años con mayoría absoluta y calificada más 4 habilitaciones presidenciales, terminaron con sesiones extraordinarias aprobando a la carrera lo que le pusieran por delante para complacer al primer magistrado. ¿Quién puede creer que sin las mayoría absoluta o calificada y con menos reuniones semanales van a cumplir cabalmente? Es un chinazo o un tiro en el propio pie. El veto a la ley de universidades deja en ridículo la sumisión de los asambleístas que sacrificaron el tiempo de regocijo con su familia en Navidad para aprobarla y luego se la vetan en las narices. Renunciar a pensar, a analizar o a ser un ente crítico es renunciar a la vida y a la cualidad que distingue a los seres humanos de los animales. Otro aspecto que mancha la bandera democrática de los revolucionarios y su dignidad ciudadana, es el haber comprometido a una AN con distinta correlación de fuerzas con una ley habilitante de 18 meses. Si el presidente se precia de demócrata y desea mirar a la nación con la frente en alto sin peder su legitimidad ante los venezolanos, por irrespetar una institución del poder público, debe tener el noble gesto de someter nuevamente su solicitud de habilitación para que le sea ratificada, negada o limitada de acuerdo al parecer de los nuevos asambleístas. No hacerlo es reconocer una artimaña o argucia más para burlar la voluntad popular y salirse con la suya, a pesar de toda la cháchara del poder popular o el pueblo legislador. Finalmente, una consideración sobre la equidad que tanto se nombra pero tan poco se practica. De acuerdo con los resultados del 26S la revolución tiene el 59.3 % de los diputados y la oposición el 40.6 %, por tanto, en términos de equidad la conformación de las comisiones y la directiva deberían reflejar esa distribución; es decir, el 59.3 % de tres miembros es casi dos (1.779) y el 40.6 % de 3 es uno y fracción (1.218) lo que determina que la oposición tenía derecho en base a la equidad a una vicepresidencia y le fue arrebatada o expropiada por los “justos y equitativos” revolucionarios. Curiosamente, esa proporción si se respeta al conformar la comisión para estudiar la inmunidad parlamentaria, lo que demuestra la pertinencia del cálculo señalado. De acuerdo con ese mismo principio, de las 15 comisiones al gobierno le correspondería presidir 9 (15*59.3%=8.895) y a la oposición presidir 6 (15*40.6%=6.09). La honestidad y decencia pública recomiendan que la comisión de contraloría le corresponda a la oposición para evitar que el gobierno se pague y de los vueltos, no hacerlo sería burlar la función contralora de la AN, dada la sumisión de los rojitos al líder máximo puesta en evidencia durante todo el quinquenio pasado. No hay que olvidar que solo la presión popular a través del pueblo en la calle defendiendo su voto y sus aspiraciones, es lo que nos va a garantizar un gobierno eficiente que administre los dineros públicos con pulcritud y honestidad.
LAS PREGUNTAS: ¿Será válido ese juramento con la izquierda en alto contrario a la convención universal? ¿Con qué mano juraría El Libertador en el Monte Sacro? ¿El venezolano seguirá comiendo frases bonitas o comenzará a exigir acciones que respalden las palabras? ¿Se sentirán orgullosos los revolucionarios en la directiva de la AN violando sus lemas de igualdad, equidad y poder popular? Cuándo fue sincera la revolución ¿al atacar a Goicoechea como líder estudiantil y/o funcionario en la alcaldía metropolitana o al defenderlo en la instalación de la AN?

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