lunes, 6 de septiembre de 2010

REALIDAD versus RETÓRICA

En los últimos dos o tres años, se ha hecho frecuente el acto de constricción presidencial, pidiendo perdón por los errores cometidos o solicitando más tiempo para entender las funciones de gobierno. La primera vez que implementó esa estrategia causó impacto por la novedad y su acoplamiento con la frase del por ahora, asumiendo el fracaso de la intentona golpista. A medida que se ha hecho frecuente la petición, el día a día de la rutina la ha manoseado, reduciendo la efectividad de la misma y poniendo en evidencia la ineficiencia gubernamental. Incluso, la oportunidad en que ha presentado su más reciente versión de arrepentimiento, no puede ser más desafortunada dada la cercanía en el tiempo, que mantiene fresca en la memoria de los venezolanos situaciones como la del recientemente fallecido Franklin Brito, para quien no hubo clemencia. El buen líder debe predicar con el ejemplo, las Sagradas Escrituras señalan la parábola del deudor al que se le perdona la cuantiosa suma de diez mil talentos, que no fue capaz de perdonar una deuda miserable de una centena de denarios (ver en la Biblia Mt, 18: 23-35). No es congruente, que quien fue responsabilizado en vida por el mismo Franklin Brito por lo que le ocurriera, no atendiera su llamado y se acercara a conocer del problema y la posible solución del caso de primera mano o al menos ofreciera su posición sobre la propuesta, sus limitaciones si las había y su disposición a buscar el arreglo del entuerto. Por el contrario, el caso Brito fue dejado en el olvido y tratado con soberbia, prepotencia, indiferencia y contaminado del sectarismo ideológico que agobia al primer magistrado. La cercanía en el tiempo de la reconciliación con el presidente electo de Colombia después de todos los insultos que le endilgó, tragándose sus palabras como quien traga arena en la copla de Florentino, induce a la reflexión sobre que dureza de corazón pudo permitir la indolencia con que se manejó la digna y justa protesta del finado Sr. Brito. Lamentablemente, hoy ya es tarde y el agua derramada no se puede recoger, pero tampoco se puede minimizar una vida perdida con excusas bobas, señalando que se llegó hasta donde permitía la ley. Cuantas veces no ha modificado las leyes el gobierno revolucionario para hacer lo que le conviene o apetece?, no era suficientemente valiosa una vida de un compatriota para la “revolución humanista”, como para acometer las modificaciones que fueran necesarias con tal de salvaguardar su existencia. Al menos el contacto cara a cara con la persona afectada, el debate de ideas, puntos de vista o propuestas que condujeran a un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Desgraciadamente, pudo más el orgullo, la soberbia y la indolencia que el poder omnímodo han sembrado en la y que “revolución humanista” que ahora exhibe un muerto en su conciencia. Un muerto que se suma a los más de 123000 que han fallecido victimas de la violencia durante el mandato chavista, sin que el gobierno se conduela y asuma su responsabilidad de garantizar la seguridad y la vida a los venezolanos, en lugar de menospreciarlas como un show o sensación mediática. Que más humano que la conversación entre dos personas cara a cara, que más humano que dirimir diferencias en base al don del discernimiento otorgado por el Creador y que obligatoriamente requiere la comunicación entre la partes. El planteamiento de Brito exigiendo el reconocimiento de que se habían violentado sus derechos, como soporte legal a las ayudas o indemnizaciones que recibió más que congruente es contundente, mientras que la excusa del vicepresidente sobre las limitaciones que las leyes le imponían para cumplir tal fin, luce endeble, porque da a entender que entonces se violó la ley al otorgar las ayudas e indemnizaciones ya que no pudieron soportarlas legalmente. Brito murió fiel a sus principios, sin doblegar sus convicciones, con la frente en alto y dando un ejemplo de dignidad pocas veces visto en estas latitudes que retumbará en la conciencia del gobernante y en la conciencia del pueblo, recordando la prepotencia, mezquindad e intransigencia de un gobierno que está negado a la conciliación y aceptación de sus mismos connacionales. Se ha recorrido medio mundo para hablar con Kadafi, Ahmanidejad o Putin, pero fue imposible recorrer una decena de kilómetros para darle la cara al clamor de Franklin Brito y su familia. Ni siquiera la remembranza que producía la hija de Brito, Angela, solicitando que el presidente se avocara a solucionar el caso, como en el pasado lo hicieron las hijas del presidente durante su caída, pudo conmover la soberbia e intransigencia chavista. Igual infortunio y frustración experimentan los líderes de oposición, quienes a pesar de haber sido sometidos a todo tipo de pruebas de su talante democrático, no consiguen que se les perdone la aventura del 2002, que el mismo primer mandatario reconoce que azuzó y provocó. De nada ha valido la conducta estoica soportando el despojo de competencias, el desarme de las policías mientras les endilgan responsabilidad en la inseguridad, el recorte de los presupuestos, la aplanadora en la AN y consejos legislativos o como se gastan los recursos que por ley son de las regiones vía centralismo. Sin embargo, Esteban se presenta con su cara de concreto armado bien lavada, a pedir que lo perdonen por los errores cometidos. Quien puede creer en el arrepentimiento presidencial si no se ve corrección en la conducta ni intención en corregirla. Los recursos que se negaron al nuevo hospital Pérez Carreño con el argumento de que estaba en una alcaldía escuálida dan fé, de la poca sinceridad que hay en el arrepentimiento del primer magistrado. Al mismo tiempo, han puesto de manifiesto el rumor que corría de boca en boca por la forma pusilánime como sus colaboradores más cercanos, léase ministros, se sometían a su voluntad imperial sin defender los intereses del pueblo. Tratar de justificarse sobre la base de que la alcaldía no genera ingresos suficientes para mantenerlo, es parte de la labia para centralizar los recursos y sentirse el gran mecenas de cuya bondad dependa el bienestar de la población. No hay autoridad moral con la cual exigir cuentas o acusar de ladrones a los demás, en quien ha despilfarrado y malbaratado cuantiosos recursos en proyectos como los huertos familiares, gallineros verticales, cultivos hidropónicos, cultivos organopónicos, fundos zamoranos, cooperativas, alimentos descompuestos, medicinas vencidas, etc. A lo cual hay que añadir la cantidad de obras paradas o con mínima ejecución a pesar de los recursos otorgados y el cuantioso gasto en armas para ser desbordados por la inseguridad. Son demasiadas las dudas que crean las posiciones acomodaticias, por no decir hipócritas, del primer mandatario. Baste recordar la forma como ha salido a discutir y defender vehementemente su revolución ante cualquiera que la haya criticado, pero cuando su ídolo Fidel la llama comunista, guarda un silencio cómplice y alcahueta. Por qué el trato diferencial entre el cardenal Urosa y Fidel si prácticamente dijeron lo mismo; de hecho le hubiera quedado mejor a los adulantes anclas del canal del estado, repreguntar a Fidel si coincidía con las afirmaciones del cardenal, con lo cual le hubieran dado un barniz de cristianismo al líder cubano que lo ayude en el ocaso de su vida. Sin embargo, han tenido que meterse la lengua en el culto a la personalidad y hacerse los distraídos ante la indiscreción del ídolo de su ídolo. Viene a la memoria una comiquita publicitaria que acostumbraba pasar el canal 8 en las campañas del revocatorio y del 2006, donde ridiculizaban a la oposición como un diablillo que decía esto es comunismo, esto es comunismo. Pues bien, el inexorablemente tiempo se ha encargado de revelar la verdad poniendo las cosas en su sitio; muchos revolucionarios y simpatizantes del chavismo sintieron la vergüenza del papelón que han hecho defendiendo y apoyando el socialismo del siglo 21 como algo distinto al comunismo, y de sopetón, sin anestesia, se enteraron que han estado allanando el camino hacia el comunismo sin ser ni querer ser comunistas. Un fraude tan colosal como el Maddox affair, que burla y que manipulación a la opinión pública, a la ingenuidad y credulidad de la juventud venezolana. Lo cierto, es que se les ha estado dando cuerda con la retórica de la igualdad, la justicia y la equidad para hacerles tragar el comunismo “endulzado” como socialismo del siglo 21. La elección de la AN es vital para los comunistas, necesitan consolidarse en el poder para seguir haciendo lo que les da la gana, mientras someten al pueblo encandilado y acorralado entre los recursos capitalistas del petróleo y sus necesidades más básicas insatisfechas. El ejemplo de Franklin Brito relumbra cual rayo del Catatumbo, señalando el camino de no vender la dignidad ni el respeto por sí mismo. Entregar el país al comunismo a cambio de comida, una beca o una casita, es cerrar la puerta al futuro y al progreso; los últimos 5 años han sido una muestra de cómo se ha achantado el aparato productivo nacional en la medida que ha ido creciendo la hegemonía roja rojita. Al sentirse con el país en sus manos, hemos visto como se ha ido mostrando la verdadera cara del comunismo y su proceder arbitrario, otorgando recursos e invirtiendo esfuerzos en su ideología política dejando de lado las necesidades de la nación y su infraestructura productiva. El error cometido con la no participación en las parlamentarias anteriores le ha costado caro a los partidos políticos, no repitamos ese error los ciudadanos inhibiéndonos de participar ahora o participando con miedo y sumisión. Los 5 años de hegemonía roja en la AN han mostrado su servilismo al líder y el poco compromiso con los circuitos y regiones que los eligieron, se han prestado para todo tipo de componendas y tropelías olvidando su deber de controlar el uso eficiente, pulcro y transparente de los recursos de todos los venezolanos. Bloquearon las investigaciones de las corruptelas de sus compañeros de partido y tienen el descaro de postularlos a la AN, mientras han inhabilitado candidatos adversarios por cualquier tontería. Bloquearon la discusión de la crisis eléctrica y todavía estamos pagando las consecuencias. Han impedido la discusión del delito y la violencia que azotan al país por los cuatro costados dedicándose a la promoción de la causa comunista. No hay ninguna razón para pensar que apoyando la hegemonía rojita las cosas vayan a mejorar, al contrario, al sentirse “dueños” del poder han actuado abusiva y arbitrariamente, baste solo recordar que tres meses atrás la inseguridad era una sensación mediática, ahora implementan los operativos en las barriadas porque les interesa captar el voto para seguir ejerciendo su dominación ideológica. La crisis eléctrica también la negaron hasta que les estalló en la cara; si hubieran procedido en forma preventiva cuando se les alertaba lo que venía no estuviéramos en la situación que estamos. Incluso habiendo más recursos que ahora no abordaron el tema eléctrico, sus inversiones y el mantenimiento de la red de transmisión, ahora pagan las consecuencias. Las mismas misiones sociales se han ido deteriorando en el tiempo, porque no se preocuparon de garantizar su sustentabilidad y solo se mantienen a flote gracias al robo de la infraestructura construída por el sector privado. El descomunal “yucazo” con los alimentos descompuestos y su reticencia a investigarlo revela la red de complicidad y la degeneración de la moral revolucionaria hacia la complicidad, el manejo doloso y el “dame lo mío”. No han sido capaces de construir algo funcional por ellos mismos y en lugar de unir al país, se han empeñado en dividirlo y enemistarlo en todos sus estratos sociales. El poder debe estar en manos de quien lo sepa usar para el bien común, no se puede hacer un bien a unos provocando un mal a otros; se requiere propiciar inversiones y obras que beneficien a la colectividad sin perjudicar a nadie. Eso solo puede hacerlo alguien con trayectoria de servicio y capacidad ética y administrativa, para manejar los recursos de la nación en función del progreso colectivo, en lugar de la ideología comunista. Tanto que critican la cuarta república y cada día se parecen más a ella por ineficientes, corruptos y alcahuetes. La AN actual rojita ya demostró con el período que se está venciendo, que fueron más los males que generó que las soluciones que aportó, ¿para que repetir la experiencia? Escoba nueva barre bien dice el dicho popular, pero los resultados de la AN rojita no convencen a nadie, incluído el primer magistrado que decidió cambiar la gran mayoría de sus miembros (aquí se va a reelegir solo quien él decida) La realidad y la historia señalan que mientras más concentración de poder se tiene menos eficiente se es, porque se relajan los controles y se tiende a ocultar las fallas para maquillar los resultados y aparecer bien ante los demás. Obviamente, eso impide que se mejore, porque la crítica desaparece ante la persecución del poder omnímodo; la cúpula rojita maneja la retórica de “bienvenida la crítica o el debemos ser críticos con nosotros mismos”, pero la realidad revela que el que se torna crítico es tildado de traidor, contrarrevolucionario y es execrado, lo cual conduce a la obediencia a pie juntillas de la voluntad del astro rey o la venta de conciencia inhibiendo cualquier disenso. Es reiterativo ver como en las reuniones rojitas se levantan las manos y se aplaude en grupo, pero luego se ve a la gente por los pasillos murmurando su desacuerdo con esto o aquello. Si la AN rojita con una mayoría que no va a volver a tener más nunca y con unos recursos que difícilmente volverá a tener, no logró progreso y desarrollo de la nación ¿Qué mente sana puede pensar que pueda hacerlo con menos?
Finalmente, el llamado a la reflexión del grupo independiente que no endosa su respaldo a ninguno de los dos bandos en pugna, este grupo se decepcionó de los manejos de la cuarta república y no ha encontrado satisfacción a sus aspiraciones en la arbitrariedad y abuso rojito. La intransigencia y soberbia rojita anuncian la radicalización del proceso y amenazan con las armas de la revolución al ciudadano, en lugar de combatir la inseguridad. Es muy difícil rectificar y autocriticarse desde las alturas y comodidades del poder, en cambio la alternativa democrática que ha pasado las de Caín durante estos casi 11 años hacia el comunismo, si ha tenido las condiciones para reflexionar y lamentarse de sus errores del pasado, incluso los que no pertenecieron a los gobiernos de la cuarta, han tenido el momento de introspección para evaluar y razonar sobre las prácticas erradas e injustas que se cometían. Hasta ahora la revolución ha demostrado que no ha aprendido de sus errores y que sus rectificaciones no han sido sinceras, por tanto, es momento de dar oportunidad a otras ideas y visión de país. Denle un voto de confianza a esos nuevos políticos, que en un gesto de tolerancia y desprendimiento confluyen en la unidad democrática. Abstenerse de participar y expresar el descontento con las abusivas decisiones rojitas es rendirse o perder por for feit. Si quieres un cambio y rectificación en el gobierno solo tienes una herramienta, tu voto, y una oportunidad, una asamblea nacional plural que se ponga de pie ante el totalitarismo gubernamental para defender a los ciudadanos. Salgan sin miedo a poner la piedra fundamental del país que desean no desperdicien esa oportunidad.

HUMOR ÑANGARA: Oyeme tu compatriota, tu no ves al comandante como cansado o preocupado. No chico como vas a decil tu eso, el comandante presidente està como una uva. Oye mi hermano yo lo veo como jinchao tu no crees?, tal vez está enfermo. No, mi sanfre està como un bebe. Mira yo lo veo demacrado y desfigurado hasta le he visto gestos de dolor en las transmisiones. AH chico asi si me la ganas pero eso no es enfermedad, eso es que tiene a Mario Silva guindao en las morochas para ser director de Globovisiòn. OUUUCH, Eso si duele mi hermano ese bacalao es pesaìto, tienes razón màs bien tiene buena cara el comandante mi sangre.

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