martes, 21 de septiembre de 2010

EL CAMINO DE LA ESPERANZA

El próximo 26 de Septiembre el pueblo venezolano tiene la inigualable oportunidad de comenzar a transitar el camino de la esperanza, recuperando el control de su futuro, de su dignidad y del desarrollo económico para todos. La esperanza de poder mirar hacia delante con optimismo, con la seguridad de que se está haciendo lo correcto y que se están administrando los recursos de la nación de manera eficiente, cristalina y pulcra. La esperanza de sacudirse la arbitrariedad y el uso abusivo del poder que hunden al pueblo de Bolívar en la indignidad y en la indefensión, al no tener institución a la cual recurrir para calmar su sed de justicia. La esperanza de saber que se están echando las bases para la industrialización y crecimiento del país y no se están malbaratando los recursos del pueblo, en programas y planes que juegan con la necesidad del venezolano mediante ilusiones populistas, que a través de dádivas pretenden cubrir sus carencias a cambio de dominar su conciencia. Luego de casi doce (12) años en el poder, el gobierno no consigue burladero tras el cual ocultar su fracaso y el escaso bienestar que ha llevado a la población, su copia del sistema cubano tratando de crear una economía artificial con subsidios y confiscaciones de los derechos de quienes no comulgan con sus ideas. El tiempo transcurrido sin resultados palpables y sostenibles que permitan alargar en el tiempo la venta de ilusiones del primer mandatario, ha movido a la reflexión a gran cantidad de venezolanos, que comienzan a despertar del letargo causado por la publicidad mediática oficial y que no se corresponde con la realidad del día a día de cada habitante de Venezuela. Los casos emblemáticos de las excusas fallidas para el problema eléctrico, el parte de guerra de los fines de semana de la inseguridad y el deterioro de los servicios públicos, ponen de manifiesto el diagnóstico erróneo de los problemas que afectan al pueblo y la escasez de ideas pertinentes para solucionarlos, en las mentes sumisas de los colaboradores del ejecutivo. Dos ejemplos del pasado reciente atestiguan fehacientemente la aseveración anterior; el más lejano en el tiempo es la oferta del hoy exiliado en Perú Manuel Rosales de la tarjeta “mi negra” en su campaña a la presidencia en 2006. En aquel entonces fue duramente criticada por el gobierno que se quería perpetuar en el poder, pero ahora, la reivindica como suya pero con los siguientes tres (03) agravantes: 1) Se copia una idea o más bien se expropia una idea que levantaba la oposición para ofrecerla a la población con cuatro (04) años de atraso como una novedad de la revolución. 2) Se ofrece para el consumo de los bienes de alimentación mientras que la oposición la ofrecía para bienes durables y necesarios en el hogar, lo cual significa reconocer el fracaso ante la inflación, el deterioro del poder adquisitivo del salario mínimo y la política redistributiva oficial del ingreso. 3) Se envió al exilio a Manuel Rosales para no tenerlo en el país defendiendo su propuesta y no se han probado los cargos contra él que justificaran su persecución. El otro ejemplo es relativo a la sumisión de los colaboradores del ejecutivo, lo cual se hizo evidente en la transmisión del acto en cadena donde se negaron los recursos al Hospital Pérez de León, por estar en una alcaldía gobernada por la oposición. Avalar con el silencio cómplice tal decisión sin pensar en la cantidad de usuarios que verían retardadas sus curaciones, que tendrían que trasladarse a otros lugares para ser atendidos o las emergencias que pudieran salvar vidas teniendo ese centro hospitalario activo, es una colosal muestra de sectarismo político y de mentalidad mediocre, que prefiere someter el pueblo a la precariedad antes que permitir que otras ideas puedan dar mejores resultados. En pocas palabras ni lavan ni prestan la batea, se prefiere el atraso en una obra antes que permitir que el pueblo pueda beneficiarse gracias a un servicio prestado por la oposición. Sí el gobierno en su mediocridad no puede resolver los problemas de la ciudadanía, trata mediante la negación de recursos y usurpación de competencias de maniatar a la oposición de manera de aparecer como la única alternativa. Vaya forma rastrera y vil de competir colocando todos los obstáculos posibles a sus adversarios para disimular la ineptitud gubernamental. Sí no se permite a los demás trabajar negándoles los recursos, el rostro de la ineficiencia revolucionaria no luce tan grotesco y mete la cova a costa de la necesidad popular insatisfecha antes que solucionada por el adversario político. Habría que cuestionarse ¿sí eso pasa en público en cadena nacional y se tiene una audiencia alienada que aplaude tamaña barbaridad que sucederá en privado?
Ya hay una experiencia de lo que es capaz una AN roja rojita, eso puede evaluarse a través de los últimos cinco (05) años. En esa asamblea la revolución colocó sus mejores cañones que resultaron ser mayormente bates quebrados, que sucumbieron a su propia estrategia comunicacional, dejándose subyugar por el mensaje mediático y el culto al poder o la personalidad, en vez de cambiar la realidad que era lo que se había propuesto la revolución. Ese ejemplo de una AN sin agenda propia, sin criterios ni argumentos independientes no puede volver a repetirse. Su baja productividad en la producción de leyes que posibilitaran la transformación de la nación, unida a su sumisión rayante en la complicidad que impidió la investigación de muchas denuncias y casos en los cuales el gobierno pudiera estar implicado, la descalifican y desaconsejan como formula idónea para permitir los cambios que el venezolano reclama. La actitud vasalla ante el uso populista de los recursos de la nación, demuestra tal miopía y desconocimiento de las causas reales de la pobreza, de la inflación y del deterioro de los servicios públicos, que es imperativo una rectificación que solo puede ser impulsada por Nuevas Ideas y Nuevas Intenciones (NINI). Es históricamente imposible que un gobierno rectifique en medio de la victoria (al contrario la interpreta como apoyo) y la euforia que ella provoca; apoyar la pretendida hegemonía rojita solo va a conducir a más de lo que ya hemos visto dádivas y planes populistas que no llevan al desarrollo y crecimiento económico, sino que enmascaran y conviven con los problemas, sumiendo al pueblo a la voluntad y caridad de una sola persona. El gobierno que cacareaba la ceración de nuevos polos de desarrollo para descongestionar la región centro norte costera, no ha logrado implementar el primero de ellos en casi 12 años de ejercicio del poder, al contrario, en las últimas semanas capituló esas buenas intenciones presentando la fantasía de construir en los cerros con tecnología brasileña perforando hasta la roca madre y soportar con vigas o columnas las peligrosísimas construcciones en ellos, muestra evidente de que se acabaron las ideas y se perdió el rumbo. El desespero y miedo en el ejecutivo a perder la AN y que su gobierno pueda ser revisado y examinado de manera objetiva, lo ha llevado a buscar la perversión del venezolano, tratando de comprar su conciencia con electrodomésticos y productos a precio de gallina flaca, en un último intento de meter el comunismo por la boca y a través de la manipulación de las necesidades de los ciudadanos, en lugar de crear las industrias, polos de desarrollos y empleos bien remunerados, que potencien las capacidades del poblador común para satisfacer sus necesidades. El ejecutivo en su temor de que se puedan descubrir sus “pecadillos y corruptelas” busca levantar la matriz de los sabotajes y de fomentar la abstención. En el peor de los casos los sabotajes no pueden generalizarse para enlodar a la unidad opositora como la mano pelua detrás de ellas; primero deben mostrarse pruebas contundentes y fehacientes de que hubo sabotaje y luego probar la presunta vinculación de la mesa unitaria con ellas. Sin esas dos condiciones lo del sabotaje no es más que un zarpazo desesperado para tratar de inhibir la participación y voluntad de cambio del venezolano, tildando a la propuesta unitaria de violenta y golpista sin fundamento. Igualmente, el pregón del líder de los rojitos en sus últimas transmisiones de que no vayan a cantar fraude, no es más que una maniobra que pretende sembrar y promover el pesimismo, la apatía y la abstención del bando independiente para el 26S. Hay dos toletes de similares proporciones alineados uno con el gobierno y el otro con la propuesta de rectificación y cambio, queda un tercer grupo llamado NINI (Nuevas Ideas, Nuevas Intenciones) que será el que decide, por tanto, el ejecutivo trata de desanimarlo e inhibirlo pregonándose victorioso, apoyándose en sus concentraciones populares para hacerle creer que nunca será derrotado. Nada más lejos de la verdad, apóyese en las matemáticas, 87 circuitos por 40000 personas que como mucho es lo que mete la revolución en c/u de sus concentraciones no llega a 3500000 votos. La unidad se ha acercado a los 5000000 de votos en las últimas elecciones cuando ha decidido participar, de allí la estrategia del gobierno de fomentar la abstención con el cuento de no vayan a cantar fraude. El grupo de no alineados, indecisos o NINI debe reflexionar sobre su conducta en los últimos procesos electorales. Sí ellos se inhibieron de participar o apoyaron al gobierno, los resultados de sus decisiones están a la vista y si no han cambiado su posición de no alineados, indecisos o NINI, quiere decir que sus expectativas no han sido satisfechas, lo que indica, que llegó el momento de abrir los ojos para ver la oferta unitaria y brindarle apoyo, evaluar su deseo de corregir los errores del pasado, sus aprendizajes de sus errores y las fallas del chavismo, así como su receptividad a las Nuevas Ideas, Nuevas Intenciones en el ejercicio de su representación y el cumplimiento de su oferta. Hay que taparse los oídos para no escuchar la predica desesperada de los revolucionarios que quieren aprovecharse de su buena Fé desanimándolos, apabullándolos e impidiendo que participen. Hay que llenarse de valor, de optimismo y de entusiasmo, para salir en avalancha a expresar la voluntad de cambio que lleve a la rectificación de la conducción del país y a que se escuchen todas las posiciones o puntos de vista. No caigamos en el juego del oficialismo, no dejes que te quiten la oportunidad de expresarte y motorizar el cambio. ¡TODOS A VOTAR POR UN MEJOR PAÍS!.

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