lunes, 1 de febrero de 2010

INDIFERENCIA CREATIVA

El líder oficialista ha tomado una ideología de la segunda mitad del siglo XIX como motor de la revolución, en combinación con el llamado árbol de las tres raíces, que dada la fuerte ascendencia que se le reconoce a Marx en el proceso, bien pudiera llamarse de las cuatro raíces o de las cinco raíces si incluímos la veneración por Fidel Castro y la revolución cubana. Estos dos últimos parecen ser una ingeniosa forma de provocar la fuga de ciudadanos venezolanos hacia el exterior y emular el éxito de la revolución cubana enviando la resistencia al castrismo a Miami o a prisión. Sólo así se puede explicar que alguien sin el conocimiento y el estudio profundo de la doctrina marxista se asuma su seguidor. Si el venezolano es inteligente debe comprender que la resistencia al régimen cubano es poco lo que ha podido hacer desde el exterior, por lo tanto, esa alternativa ni siquiera debe ser evaluada salvo que se piense individualmente y con egoísmo en el bienestar personal y no en el futuro de la nación. Pero volviendo al tema, esa ideología marxista, obsoleta y con innumerables casos de resultados adversos, catastróficos y dolorosos a lo ancho y largo del mundo ha sido sometida a un refrescamiento y modernización, bajo el nombre del socialismo del siglo XXI. El gobierno ha sabido sacar provecho de algo que parecía una debilidad, el olvido y desconocimiento del comunismo en el país durante la cuarta república, para preparar y abonar el terreno de las mentes de los venezolanos excluídos del proceso educativo, con una versión del comunismo tropicalizada, impregnada de la fantasía del realismo mágico y con los ingresos capitalistas del petróleo que se ha vendido como una ilusión a todos esos ciudadanos, a través de las misiones educativas y cadenas televisivas. Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza decía el padre de la patria y de ella es que se están aprovechando los pseudorevolucionarios, para reescribir el nuevo guión comunista y marxista en la mente de los venezolanos. A manera de ilustración de cómo el oficialismo juega y manipula con el desconocimiento del pasado, está la crisis eléctrica y el efecto del fenómeno climático junto con la presunta desinversión de la cuarta república en el sector. El nuevo ministro eléctrico presenta unas cifras según la cual en la década 89-99 solo se incrementó la generación en menos de 300 Mwatts, mientras la revolución bonita la ha incrementado en cerca en cerca de 2400 Mwatts en su primera década en el poder. A primera y ligera vista la revolución bonita luce inmensamente superior o mejor que la última década de la cuarta y dada la conocida flojera investigativa del venezolano, su débil hábito de lectura y su acendrado conformismo para aceptar lo dicho como un hecho en función del prestigio del vocero, se puede erradamente concordar con lo afirmado. Un análisis más profundo del contexto económico de ese período revelará que fue la década de menores ingresos petroleros y estuvo sumergida en la inestabilidad política y económica. Paradójicamente el argumento del ministro pone en evidencia que la comparación de la década chavista con las otras tres décadas de la cuarta república es completamente desfavorable (2400Mw de los rojitos versus más de 6600 Mwatts en promedio para cada uno de los períodos 59-69, 69-79 y 79-89). Si se considera que los efectos del fenómeno climático se han hecho evidentes, posiblemente en los últimos 15 a 20 años y con más intensidad en la última década, se puede concluir que la falta de visión y de previsión en la inversión en generación eléctrica alterna, recae primordialmente en el actual gobierno donde la amenaza pasó de ser un escenario posible a una realidad concreta. La inversión en generación eléctrica que se haga desde el 2008 hasta el 2012 pondrá al descubierto la aseveración anterior, ya que si se quiere superar la situación actual solo queda apurar la instalación de esa infraestructura termoeléctrica y el lapso de 5 años sería menor al transcurrido de 2002 a 2010 que es cuanto estamos padeciendo el racionamiento. Es decir faltó visión, voluntad, iniciativa y compromiso con el país porque los recursos estuvieron disponibles y se le dieron otros usos. Algo similar ocurre con la manipulación ideológica para repotenciar el marxismo, las nuevas generaciones lo desconocían y los mayores nunca lo habían vivido, lo cual facilitó la difusión de una nueva versión light.
Inesperadamente en la acera del frente, la oposición que tanto se ha señalado como vinculada al sector privado capitalista cojea de la pata publicitaria y de la comunicación institucional al no poder articular una propuesta creíble, coherente, posible, esperanzadora y progresista, con la cual entusiasmar a la población y sacudirla del letargo e hipnosis en que la han sumido con la cháchara satanizante de la explotación capitalista del hombre por el hombre, la plusvalía, la usura y afán desmedido de lucro o la falta de sensibilidad social y solidaridad con el prójimo. Resulta inexplicable como quienes deberían contar con talentosos y creativos expertos en la creación y transmisión de mensajes que promueven y posicionan productos en la mente de los consumidores, se han quedado paralizados, inermes e inactivos ante el cambio de paradigma que se ha venido efectuando en la última década. Por que el marxismo comunismo puede reinventarse, maquillarse y ofrecerse ahora como la solución de los problemas y el capitalismo no? Si el marxismo comunismo históricamente ha estado asociado con debacles económicas y ciclos de miseria como ha podido ser repotenciado para ser ofrecido como el nuevo camino. Por qué quienes fueron golpistas pudieron solicitar una oportunidad dentro de la democracia y se les concedió pero ahora se la niegan a sus adversarios políticos. Será que el miedo se esconde detrás de la intolerancia chavista por la actividad económica privada y por eso no permite que se presente y exprese como alternativa de gobierno. El capitalismo también puede aprender de sus errores y reformularse o evolucionar hacia una propuesta con contenido y sensibilidad social, pero guiado por una visión progresista, virtuosa, honesta, próspera y eficiente del país y sus recursos. No renunciemos a lo que podemos ser, embobados por amenazas y cuentos de espantos y aparecidos que persiguen satanizar al capitalismo, al contrario démosle rostro humano, responsable y sustentable a la generación de riqueza para su distribución equitativa en la prestación de servicios públicos de calidad a los ciudadanos que posibiliten, promuevan y garanticen oportunidades de superación para todos.

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