domingo, 24 de enero de 2010

QUIEN ESTÁ MINTIENDO?

El desempeño del gobierno chavista como empresario exhibe incontables deficiencias y deja mucho que desear, por ejemplo no ha logrado una difusión masiva de los productos fabricados en las empresas expropiadas cuantas veces recuerda haber comprado alguno de ellos o haberlo visto, no ha logrado igualar o superar los niveles de producción y eficiencia de ninguna de ellas cuando estaban en manos privadas, no ha logrado en su red comunicacional niveles de audiencia comparables a los medios privados que tanto critica, viéndose forzado a encadenarlos para transmitir sus mensajes y tampoco ha sido exitoso para promover el desarrollo del sector transformador de la economía. El enfoque competitivo que maneja el gobierno hacia los otros sectores productivos queriendo someterlos y subordinarlos a su voluntad, es la principal causa de los graves problemas que enfrenta la economía venezolana. Pretender dirigir sectores en los cuales no se tiene experticia, de los cuales se desconoce sus factores claves de éxito, sus niveles de eficiencia y las particularidades de sus procesos productivos solo puede conducir a un rotundo fracaso. Pretender articular a toda la economía nacional en base al precio del barril de petróleo sin siquiera expresar la menor intención de investigar, estudiar y promover formas de utilizar la energía contenida en él de manera menos contaminante, es armar castillos en el aire sin ninguna base sólida a futuro y que pueden conducir al país a un gran descalabro económico. No aprender de la crisis eléctrica, las enseñanzas básicas que señalan la tozudez y el exceso de confianza en la generación de las aguas del Caroní, es extrapolar ese fracaso al sector petrolero en momentos en que el mundo toma cada día más conciencia del efecto contaminante de los hidrocarburos. Ocultar la falta de visión para desarrollar fuentes de generación eléctrica alternas, bajo el argumento de que no se ha extraído el gas del subsuelo pone al descubierto, la ínfima capacidad gerencial de los actuales gobernantes políticos para resolver los problemas. Hubiera bastado con utilizar una parte del dinero regalado a terceros países para garantizar una reserva de gas importado, que permitiera operar las termoeléctricas en los períodos de sequía que así lo ameritaran, mientras se desarrollaba la infraestructura gasífera, en lugar de someter a la población a los humillantes racionamientos que dejan al descubierto la improvisación con que el gobierno ha manejado el problema. Donde si se ha anotado unos puntos el gobierno ha sido en su estrategia de manipular las necesidades básicas de la población ofreciendo productos más baratos que el sector privado; así lo ha hecho con la prensa escrita, los alimentos de Mercal y Pdval, los vehículos de Venirauto, las arepas socialistas y ahora pretende hacerlo con los productos electrodomésticos que expendía la cadena Éxito. En todos esos casos el gobierno se vende como el Robin Hood aliado de los pobres y sataniza al productor privado como el especulador que se enriquece sumergiendo en la miseria a sus semejantes. En esa dicotomía sobre el proceso productivo y comercial quien tiene la razón? El que más hable y repita machaconamente su tesis o el que tenga el valor de mostrar a la opinión pública la validez y de razón de ser de su proceder? No hay que ser genio para vislumbrar que solo aquel que tenga los argumentos válidos y sólidos podrá tener credibilidad ante la población. Que grado de certeza y sinceridad puede percibir el ciudadano común en el precio que fija el gobierno sobre los productos, conociendo la ventaja cambiaria que maneja ahora y los bajos niveles de capacidad usada que muestran las empresas que ha expropiado. Que tan razonable puede ser asumir un menor precio con menores niveles de producción sin que se produzca la inevitable quiebra en el mediano plazo. Desde otro ángulo, por que el sector privado no se ha puesto los pantalones y ha dado la batalla por los distintos medios a su alcance para defender la forma como costea sus productos. Si hay razocinio y lógica en su proceder para establecer los costos del producto y por ende sus precios que impide que muestren esas razones a los consumidores. En el lado del gobierno es más que evidente que así como vende la gasolina en menos de 0,1 Bsf el litro y las arepas a 5 Bsf pueden establecer cualquier precio para los productos de la cadena Éxito para sacar provecho político de la necesidad de la gente y agudizar la confrontación entre las clases sociales. Si los precios que coloca el estado a los bienes de las empresas socialistas son subsidiados o artificiales solo podrán mantenerse en el tiempo con elevados precios petroleros. Será por esa razón que a la menor variación de los precios del crudo hacia a la baja se recurre a las reuniones de OPEP para recortes de producción para recuperar los precios, es decir, la lógica capitalista de disminuir la oferta para que el precio de mercado suba. Nadie de los ciudadanos será capaz de preguntarse por esa incoherencia del socialismo del siglo 21, que ofrece precios solidarios en muchos bienes pero el precio del petróleo debe mantenerse al alza siempre. Más llamativo aún por que la única empresa estatal que exhibe solvencia económica es aquella que defiende el precio de sus productos en el mercado y usa tácticas capitalistas? Habrá alguna relación entre los bajos precios que fija el estado para los productos socialistas y la dependencia de dichas empresas del estado o ingreso petrolero? Tomando en consideración los valores de honestidad, sinceridad y competencia leal, puede decirse que quien compra un producto de las cadenas comerciales oficialistas, se está haciendo socio o cómplice de algo turbio como quien compra algo robado por debajo de su precio o como si alguien le vendiera una prenda a la mitad de su precio en una esquina o un autobús. Hasta que punto hay espíritu solidario o se trata más bien de la corrupción moral de una población gracias a la manipulación de sus necesidades más elementales. Hasta ahora el gobierno vende su plan diciendo que no está perdiendo, pero nunca ha mostrado su estructura de costos para darle veracidad a esa expresión. Quien paga la publicidad de las empresas expropiadas, la sufragan ellas mismas o la paga Pdvsa? Por su parte el sector privado tampoco ha salido a mostrar sus datos de costos para comparar con el gobierno y desmentirlo. Convenientemente, ningún profesional de las ciencias económicas ha tratado de arrojar luz sobre el tema dejando a los consumidores a merced de cualquiera de los dos bandos que lo esté manipulando o explotando. La sabiduría popular establece que el que calla otorga y el silencio del sector privado y los especialistas en materia económica son los principales patrocinadores de la aceptación y promoción del sistema comunista en el país. Eliminar intermediarios y/o expropiar miembros de la cadena productiva siempre va a generar desempleo. Será ético y moral poner por delante el interés egoísta de comprar más barato a costa de los empleos de nuestros vecinos y paisanos. Somos seres humanos o fieras salvajes buscando el provecho individual. Los ciudadanos no podemos mantener esas posiciones pasivas y conformistas, al contrario debemos ser curiosos y críticos, escudriñando los empaques de los productos que consumimos para detectar que es producción nacional y que es importado para cotejar si se cumple el objetivo de sustituir importaciones. La devaluación puso en entredicho la palabra presidencial porque le dió la razón a los que pregonaban que el dólar mantenía un valor ficticio por el anclaje cambiario fijado por las autoridades nacionales. Si el dólar tenía un valor irreal y el gobierno se vió forzado a corregirlo o sincerarlo quien puede asegurar que el resto de los precios que coloca el estado a los productos es correcto? Más grave aún, si no se hace nada para controlar la inflación mediante mejoras en la producción quien o que garantiza que la devaluación no volverá a ocurrir a la vuelta de un año o dos. Es momento de mostrar las cartas sobre la mesa para que el consumidor decida quien tiene la razón y quien lo está manipulando o engañando para sacar provecho de sus necesidades. Solo la verdad nos hará libres.

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