lunes, 22 de febrero de 2010

EN BUSCA DE LA LUZ

Bienvenidas las elecciones parlamentarias por el efecto milagroso que ejercen sobre el gobierno, forzándolo a tomar medidas sobre áreas álgidas para el ciudadano como la seguridad, la energía eléctrica, el agua y la salud. Los venezolanos mayoritariamente mantienen sus dedos cruzados y elevan sus plegarias para que por fin las medidas del ejecutivo sean exitosas y no se diluyan en bla bla bla y pantalla mediática. Sin darse cuenta, el primer mandatario pone en juego su devaluada credibilidad asumiendo el liderazgo del tema eléctrico, no sin antes chamuscarse un poquito mostrando su desconocimiento de la materia al no saber diferenciar KVA (kilo voltio ampere) de Kwh. (kilo vatio hora). Sus asesores no le han explicado bien o quizás su afán de protagonismo lo ha forzado a salir a escena, sin entender a cabalidad el problema y la dinámica de la generación hidráulica de electricidad. Las milagrosas elecciones lo presionan a aparecer como dedicado y activo en la resolución del problema, sin percatarse que sus cálculos matemáticos basados en el descenso promedio de la cota de agua en el embalse no es lo exacta que él quisiera, pero necesita dar la impresión ante la población de estar montado en el tema porque el momento electoral lo tiene contra la pared. El descenso de la cota no es constante sino que se va a ir acelerando con el paso del tiempo debido a dos efectos principales: el movimiento terrestre de traslación que lleva el sol a su posición perpendicular en el ecuador del planeta y la reducción de la energía potencial del agua, al bajar la cota reduciendo las revoluciones en las turbinas por m3 “turbinado”; es decir, se necesitan volúmenes crecientes de agua para producir la misma cantidad de energía. En pocas palabras, comienza un círculo vicioso que de no ser bien coordinado y compensado va a ocasionar la aceleración del descenso de la cota. La frecuencia con que se están presentando cielos despejados, sin una nube prácticamente, junto a la posición del sol más cercana a la zona ecuatorial en los próximos 2 meses debe incidir en una mayor evaporación. Por otra parte el efecto de la sequía sobre la vegetación reduciendo la sombra va a contribuir a mermar la entrada de agua al embalse. Se requiere un cálculo muy fino para compensar la reducción en la generación de hidroelectricidad con el ahorro, la importación de electricidad de países vecinos y la incorporación de generadores termoeléctricos, de manera que la población no se vea afectada por un incremento del racionamiento. El jefe de estado ha tratado de aparentar aplomo, seguridad y dominio de la situación, pero lo cierto es que vamos a atravesar un período de riesgo e incertidumbre hasta que entren las lluvias. Si éstas se adelantan la situación se tornará más cómoda, si se retrasan u ocurren en menores cantidades a lo normal para los meses venideros, aumentará la gravedad de la situación. Contrario a la tranquilidad y optimismo que muestran los comentarios presidenciales, las medidas que se están ejecutando como las multas por consumo excesivo y la poca pedagogía en las campañas de ahorro demuestran la desesperación que sacude al ejecutivo. Quien puede asegurar que un usuario sin medidor consume menos de los 500 Kwh/mes o que todos los que no tienen medidor son personas de bajo recursos, si hay innumerables zonas residenciales clase alta a lo largo del país donde no existen esos dispositivos. Que tan creíble pueden ser las estadísticas de consumo eléctrico por tipo de usuario residencial, si la mayoría de los particulares no tiene medidor. Situación similar ocurre con el agua. Que diferente sería si desde hace dos o tres años cuando se alertó con fuerza de la crisis, por lo menos a nivel de opinión pública; se hubiera establecido la campaña educativa para el uso consciente de la energía eléctrica y el agua o si en el presente se dieran ejemplos prácticos para reducir el consumo: desconectar todo aparato que sin estar en uso muestre signos de estar energizado tipo microondas, DVDs o equipos de sonido, compartir los espacios de iluminación o el uso de artefactos eléctricos como televisores y equipos de sonidos en la vivienda, mientras dure la crisis. Los cuadros que muestra el oficialismo no pueden ocultar un aumento del consumo eléctrico cercano a los 700 Kwh per capita durante su gestión y que no están asociados al desarrollo, dado el cierre de empresas y galpones abandonados durante la 5ta república y la caída del PIB en el último año, que no es seguida de la correspondiente reducción en el consumo eléctrico.
La táctica gubernamental de responsabilizar de todo a la cuarta república, carece de efectividad en este caso, porque la capacidad de generación eléctrica instalada es mucho mayor a la demanda de electricidad. El problema radica en que en la última década parte de la capacidad instalada ha perdido operatividad o funcionalidad, sino como puede explicarse que nunca se vivió una crisis de esta magnitud durante la cuarta. Habría que especular sobre una especie de planificación macabra de la cuarta y un sentido de proyección y predicción de gran precisión, para explicar que problemas como el del viaducto, caídas o daños en puentes, la red eléctrica, los embalses de agua, la refinería El Palito, daños en autopistas, la tubería hacia Margarita y el puente sobre el Lago de Maracaibo, etc. todo se produce en este gobierno pero es culpa de la cuarta, sin embargo, nunca se presentaron problemas de ese tipo durante las administraciones de la cuarta, casualidad o desidia?. Cabe preguntarse si la cuarta estuviera mandando todavía, se habría presentado el problema o se hubieran hecho las inversiones a tiempo? Pareciera que el ejecutivo no tiene cultura predictiva y preventiva del mantenimiento y por tanto solo se avoca a los mismos en forma correctiva o cuando el daño ya es evidente. Lo reiterativo de este tipo de situaciones pone al descubierto la improvisación y la poca idoneidad de ciertas medidas expropiatorias o confiscatorias. La estatización de Sidor para luego quebrarla y paralizarla, es como comprar un carro a precio de mercado y luego percatarse de que tiene el motor fundido; esa historia se ha repetido en incontables casos de empresas recuperadas y proyectos del oficialismo. Vivimos en una gerencia de crisis en lugar de tener funcionarios que actúen en forma planificada y oportuna, tomando medidas a tiempo en vez de actuar como bomberos apagando incendios o médicos forenses diagnosticando cadáveres. Van 11 años reconociendo que se han cometidos errores y que se está aprendiendo, pero quien responde o asume la responsabilidad por los venezolanos victimas del hampa, por los ciudadanos desempleados o subempleados, por la crisis hospitalaria, por el deterioro de la vialidad, por la crisis eléctrica, etc. Si un médico lo opera a usted y comete un error, usted se volvería a operar con él? O si un plomero le hace una reparación en su casa y queda mala, usted le confía nuevos trabajos? Se hace evidente que el primer mandatario necesita ayuda y la asamblea nacional no ha sabido proporcionársela con esa actitud de sumisión, complicidad o temor hacia el ejecutivo. El pasado reciente ha demostrado como la pusilanimidad de los diputados ante el ejecutivo opera facilitando las equivocaciones y errores, en lugar de contribuir a evitarlos mediante el asesoramiento y puntos de vista distintos para la toma de decisiones acertadas. El gobierno anda a oscuras, en busca de la luz en sus incursiones en los sectores empresarial y comercial donde sus medidas no terminan de cuajar y pareciera no dar pie con bola. En lugar de atacar a sus socios, caso Polar y Colombia, debería mas bien tratar de complementarlos, al primero con los resultados de su proyecto en La Paragua en el estado Bolívar, donde iba a montar una planta de harina precocida para la revolución y sus misiones alimentarias; por cual desaguisado del destino tiene que presionar a su socio Mendoza por el suministro de harina precocida o aceite, si es como una regla dorada que los socios se ayudan y potencian unos con otros, en lugar de amenazarse o ponerse zancadillas. Al segundo, que le suspendió las compras en alimentos, vehículos y otros rubros por diferencias ideológicas sin importar que se afectaran los ciudadanos de ambos países, ahora no haya que respuesta darle ante la generosa y oportuna oferta de venta de electricidad. Solo el orgullo magullado y la soberbia desbocada impiden dar una respuesta. Si la oferta la hubiera hecho Bolivia o Cuba con toda seguridad ya hubiera sido aceptada, eso sin considerar que con Colombia ya existe la infraestructura requerida pues en el pasado se realizaba ese suministro energético y otros países necesitarían establecer las interconexiones mencionadas para posibilitarlo. Sin lugar a dudas la vida es una escuela y está enseñando dos lecciones al primer magistrado: la primera que no se puede escupir para arriba u orinar contra el viento porque se le devuelve, como lo demuestran la posición generosa de Colombia poniendo de lado los insultos, ataques y diferencias del pasado inmediato, para ofrecer su mano generosa con la venta de electricidad y la actitud de la transnacional General Electric que a pesar de haber sido criticada por sus bombillos capitalistas de alto consumo, no ha dudado en apoyar al país vendiendo plantas generadoras de termoelectricidad. La otra lección está relacionada a la crítica despiadada que se ha hecho de la figura del accionista o propietario, catalogándolo de explotador de sus trabajadores y de ricachones que no hacen nada, mientras disfrutan de altos ingresos y privilegios para desacreditarlos ante la opinión pública; pero que han logrado mantener sus empresas operando en forma sostenida en el tiempo, mientras los proyectos revolucionarios adolecen de continuidad operativa, de autonomía financiera o generación propia de los recursos para mantenerse en el tiempo que son precisamente las funciones fundamentales de todo accionista que se precie de serlo.

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