viernes, 22 de octubre de 2010

PREGUNTAS INTERESANTES E INCOMODAS (parte 5)

La estrategia del comunismo del siglo 21 de entrar por la boca del venezolano manipulando sus necesidades, va a colocar a cada uno de los ciudadanos en la disyuntiva de determinar que importa más, la dignidad del ser humano que obra de acuerdo a su conciencia o la satisfacción de sus necesidades a costa de su dignidad y libertad. Esa maniobra que se venía urdiendo con delicadeza y permanecía en segundo plano tras el discurso social, enmarcado por las encendidas alocuciones resaltando la soberanía, la equidad, la inclusión, la ética y la libertad, queda al descubierto cuando la soberbia del poder absoluto permite aflorar el verdadero rostro de la “revolución bonita”: el comunismo más básico y radical guiado por las ideas imperantes a finales del siglo XIX. En el ciclo pensar, comunicar y ejecutar la dizque revolución se dejó colar en la mayoría venezolana sumida en la precariedad, que cayó seducida por el discurso sensible a sus problema crónicos. Desafortunadamente para los venezolanos, el tiempo fue transcurriendo sin que se cumplieran las promesas y ofertas que tan dulce melodía llevaron a los oídos de la población, encendiendo la esperanza de un futuro mejor que llevara prosperidad a todos los niveles. En pocas palabras, lo que se pensó tan bien y se comunicó mejor, no pudo ser ejecutado por quienes carecen de capacidad realizadora, convirtiendo el sueño que idearon los soñadores en pesadilla por la ausencia de tolerancia, para permitir que los hacedores lograran materializarlo y hacerlo tangible para los ciudadanos. Al ir envejeciendo, la revolución ha tenido que pasar del dicho al hecho y la diferencia entre lo ofrecido y lo cumplido ha sido descomunal luego de agotadores casi 12 años, en los que el accionar revolucionario comienza a contradecir de manera evidente sus principios filosóficos dando pie a su degeneración endógena. Las siguientes situaciones vividas en el pasado reciente así lo atestiguan: 1) Mientras se pregona la soberanía y la independencia a través de rimbombantes discursos y proclamas en una retórica plena de emotividad y motivación, la realidad se ha encargado de revelar la subordinación a las ideas del líder cubano Fidel Castro. Las continuas alusiones a su parecer en las transmisiones dominicales y/o “espontáneas cadenas”, ponen de manifiesto que el mandatario venezolano no da un paso sin la bendición o aprobación de La Habana. El celo por el suelo patrio ante la “dominación yanqui”, parece no existir para combatir el flagelo de la inseguridad que ha cobrado más víctimas que si hubiésemos participado en una guerra; sin embargo, el gobierno se mantuvo indiferente, hasta que la presión de la población y la cercanía de las elecciones parlamentarias lo obligaron a reaccionar. La zozobra que han venido viviendo los habitantes de las zonas fronterizas por la ola de secuestros y cobro de vacunas, se ha venido desplazando hacia el centro del país, ante la mirada complaciente y la inacción de las autoridades policiales y militares de la nación. ¿Puede llamarse soberanía a la falta de control del territorio? ¿Puede jactarse de soberana la revolución sino da un paso sin asesoría y buena pro cubana? ¿Puede exhibir la revolución la soberanía como algo propio si de afuera le tienen que “soplar” como su territorio es violado por los guerrilleros colombianos, quienes se atreven a montar campamentos y quizás dictar cursos en el sagrado suelo patrio? ¿Es soberano un estado con vastas extensiones de tierras fértiles pero no es capaz de producir sus propios alimentos, debiendo recurrir a la importación? 2) La prédica de la equidad o distribución paritaria de la riqueza, de las oportunidades, de los derechos y de los deberes en los diferentes estratos sociales de la población, no puede ser confundida con la compra de conciencias y lealtades mediante la entrega de dádivas, subsidios y prebendas que no resuelven los problemas (aunque mitigan el impacto de la pobreza) pero permiten manipular la voluntad popular con el objeto de atornillarse en el poder. ¿Es equitativo que las becas de los estudiantes de las misiones sean superiores a las de los estudiantes en la educación formal? ¿Es equitativo que se promueva el empleo y la producción en el exterior comprando en dólares y se asfixie al productor nacional negándole las divisas y poniéndolo a competir con precios a dólar preferencial? ¿Es equitativo que los diputados de oposición necesitaran en promedio cerca de 81000 votos en promedio, para ser elegidos, mientras los del oficialismo les bastaba con 55000 votos en promedio?, si al padrón electoral al descontarle la abstención le correspondían en promedio cerca de 66000 votos por cargo disponible, es decir, la unidad democrática debió sacar casi 15000 votos más en promedio mientras el oficialismo con 11000 votos menos en promedio lograba elegir sus candidatos. ¿Es equitativo que mientras las autoridades regionales manejan presupuestos en base a un precio del barril de 40$, la autoridad central disponga del comodín excedentario (30-35$/barril) a su libre albedrío? ¿Es equitativo que solamente se expropien o confisquen los bienes a los productores privados de oposición, cuando los empresarios que apoyan la revolución son los que deberían dar el ejemplo, transformando sus empresas en empresas socialistas para demostrar la idoneidad de su propuesta o creencia? 3) La revolución que se llamó a si misma incluyente despertando la ilusión de una sociedad donde todos tuvieran cabida, ha venido degenerando en el ya conocido quítate tu para ponerme yo, queriendo imponer un yugo hegemónico sobre la población, a pesar de que los últimos eventos electorales revelan una diferencia ínfima menor de 10% entre ambos bloques, aunque con tendencias leves pero sostenidas de la unidad democrática a repuntar y del comunismo a caer. La forma como el ejecutivo pretende imponerse con el dominio y sumisión absoluta de las instituciones a su voluntad indiscutible, es la prueba contundente de la falta de inclusión y del irrespeto a la voluntad popular, excluyendo la posibilidad de expresión a las ideas contrarias a sus designios y violentando la correlación de fuerzas a lo largo y ancho del país. ¿Se puede llamar incluyente a la forma como se conforman las distintas instituciones, llámese Consejo Federal de Gobierno, TSJ, AN, etc. haciendo uso de todas las “leguleyerías” habidas y por haber para aplastar al adversario político? ¿Se puede llamar inclusión al sistema que permite que un grupo de venezolanos ataviados de punta en rojo, goce de beneficios laborales en empresas paradas o cuyos productos nadie ve en los mercados nacionales, mientras otros deben mendigar en las calles haciendo malabarismos, peripecias y acrobacias circenses? 4) El tejido moral del llamado proceso revolucionario comienza a mostrarse endeble, complaciente y acomodaticio. Desde la misma cabeza del ejecutivo se observan conductas completamente reñidas con la ética elemental, pues si fue elegido para un cargo de dedicación exclusiva, resulta inexplicable que asuma campañas políticas como presidente de una parcialidad política sin renunciar a su investidura presidencial o solicitar un permiso temporal para hacerlo, delegando o encargando sus funciones presidenciales en un tercero que si cumpla a cabalidad ese cometido. ¿Es ético que en horario destinado a sus funciones como jefe del ejecutivo se dedique a las funciones de su partido, mientras la población venezolana es azotada por innumerables carencias y necesidades? ¿Es ética la persecución de sus adversarios políticos con acusaciones penales y jurídicas que se paralizan o duermen el sueño de los justos apenas logran expulsarlos del país? ¿Qué impide que se presenten las “contundentes pruebas” sobre los delitos de Rosales, Zuloaga, Baduel, Mezerhane, Oscar Pérez y otros y se dicte sentencia? 5) Finalmente, de que libertad se habla si todas las medidas del gobierno apuntan a someter a la población por sus necesidades más básicas y elementales como la alimentación, la salud y la educación. ¿Puede llamarse libre un pueblo que ante cada proceso electoral es amenazado con que va a perder sus reivindicaciones si decide cambiar el gobierno? ¿La libertad no implica acaso el derecho para darse el gobierno que se quiera sin coacción alguna? ¿Se puede llamar libertad al temor de criticar o contradecir al gobierno exhibiendo sus errores y debilidades? ¿Puede considerarse un pueblo libre si depende del extranjero para cubrir más del 50% de sus necesidades alimenticias? En alguna parte del universo nuestro Libertador debe convulsionar y retorcerse ante el fraude retórico que se ha hecho de su pensamiento para someter a su pueblo. Un pueblo digno no puede aceptar satisfacer sus necesidades a expensas del dolor de otros, a expensas de la ruina de sus prójimos y connacionales; aceptar alimentos, productos y servicios de empresas o propiedades que no se han cancelado según las leyes vigentes o cuya apropiación violenta los pasos elementales para ser consideradas pulcras, transparentes y legítimas, es fomentar el delito pagando un precio inferior por lo robado, a menos que se cumplan las indemnizaciones pertinentes o se de un debate cristalino sobre los costos de producción que justifiquen la reducción de precios.

Humor en pelota: José Bernardo Pérez (fanático number one del Magallanes), le dice a una conocida periodista furibunda fan de los leones que se la pasa con su gorrita del Caracas para todos lados. Quítate esa gorrita este año y comienza a usar una sotana. Ella se queda loca y le pregunta ¿por qué, acaso necesitamos un milagro este año para revalidar el título? Y él le responde: no, chica es que ahora los llaman los sotaneros.
José Pérez Colmenares se une a la conversa y vacilón, lanzándoles esta recta ¿Uds. saben en que se parecen los tigres de Aragua a la oposición? Ella, de corazón revolucionario, cavila un momento y responde: me imagino que en el tiempo que pasaron sin ganar. No, te imaginas mal…la similitud está en que nunca se rinden y hacia el final del juego meten miedo porque juegan mejor.

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